El 20 de marzo, Ana María Picchio estará nuevamente sobre las tablas. Tras una temporada en La Feliz, la reconocida actriz estará en la calle Corrientes con Perdida mente, la obra creada por José María Muscari y Mariela Asensio, con producción de Carlos Rottemberg, que lleva más de dos años en cartelera.
Leornor Benedetto, Iliana Calabró, Emilia Mazer y Mirta Wons completan el elenco de esta gran comedia, que cuenta la historia de una Jueza de la Nación siente que su mente no funciona muy bien y, por esa razón, decide juntar a las mujeres más importantes de su vida para solicitarles su ayuda.
En una entrevista con PrimiciasYa, Picchio resumió cómo fue la recepción del público en Mar del Plata. "La gente enseguida se la apropia a esta obra. Se emocionan y comprenden al instante la historia. Y eso tiene mucho sentido por la temática que aborda. Para mí es un placer hacerla", afirmó.
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La actriz contó que fue un verano difícil, marcado por la crisis, pero que encontraron la vuelta para hacer frente a los bolsillos flacos: "Es un momento difícil. A nosotros nos fue muy bien porque Carlos Rottemberg tuvo la mejor idea de poner un precio fijo. Y el precio fijo era el equivalente a un kilo de helado. La gente hacía ese cálculo: 'hoy no comemos helado y vamos al teatro'".
En ese sentido, Picchio describió un panorama ajustado para los artistas. "No es que llegamos y nos compramos un auto, pero, por lo menos, no nos morimos de hambre. Pudimos pagar las cuentas en Buenos Aires y vivir en Mar del Plata. Hay compañeros que están haciendo funciones con muy poca gente. ¿Por qué? Porque la gente no tiene guita. Todo el tiempo hay problemas. Te asustan los cambios. Mañana esto va a aumentar y lo otro también. Entonces, la gente dice: ‘voy a guardar la plata’", sostuvo.
"Ruego a Dios que la vaya muy bien al teatro. Mientras tenga trabajo, voy a trabajar y para pagar mis gastos. Cuando no tenga trabajo, no sé qué voy a hacer. No quiero ni pensarlo. Nunca estuve en una situación tan tirante… ni tampoco rodeada por gente que está como yo o peor que yo. Y eso duele", añadió.
Al ser consultada por los recortes en el Incaa y el cierre del histórico cine Gaumont, la actriz opinó: "Me genera una gran tristeza. Un gran dolor. A nosotros nos conocen en el mundo por nuestras películas. Cerrar un cine es como cerrar un hospital o una escuela. Es la posibilidad que la gente tiene de imaginar, de cultivarse, de pensar. El Gobierno tendría que escucharnos más. Nosotros no le estamos pidiendo a la Nación que nos de nada. No le estamos pidiendo un sueldo".
"El Incaa es un ente que se mantiene a sí mismo. Claro, el Gobierno tiene una participación, pero también tiene una participación en las películas cuando se estrenan, cuando le va bien y cuando generan trabajo. Y es una cadena porque si yo me quedo sin trabajo, vos te quedás sin trabajo y el de al lado también", completó.
Al finalizar, Picchio resaltó que, por encima de las adversidades, siempre intenta sacar un saldo positivo de los momentos duros. "No podemos estar puteando o discutiendo todo el tiempo. Si me enojo, pierdo. Si me pongo mal, me hace mal a la salud y no progreso. No podemos estar tirando mierd... a la gente en la cara. Tenemos que ver la mejor parte. Hay una parte buena y eso es interesante. Porque nos vamos a salvar. Nos vamos a salvar porque el hombre se salva cuando pone el amor, la comprensión, la paciencia, pero tenemos que estar más tranquilos. Si nos ponemos locos, perdemos", reflexionó.
José María Muscari festejó junto a sus actrices de "Perdidamente" los 2 años de éxito
En septiembre, la obra teatral Perdida mente cumplió 2 años en escena ininterrumpidos y su autor y director José María Muscari invitó a las actrices de la comedia a merendar y celebrar el éxito juntos.
Previo a la función, Leonor Benedetto, Ana María Picchio, Iliana Calabró, Emília Mazer y Mirta Wons fueron convocadas por el director en un bar de San Isidro y las esperó con un ramo de flores para cada una.
Perdida mente trata sobre una Jueza de la Nación siente que su mente no funciona muy bien últimamente, por eso decide juntar a las mujeres más importantes de su vida para solicitarles su ayuda.
Así se reúnen: su hija, con la que se sacan chispas; su hermana, con la que no se ponen de acuerdo; su abogada y amiga, con la que suelen discutir; y su mucama de toda vida, su verdadero apoyo.