Luego de las críticas al funcionamiento de la entidad y por el manejo de los fondos, liderado por Bodegas de Argentina y a las que adhieren entidades locales, el nuevo presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), el mendocino José Alberto Zuccardi, atribuyó ayer los ataques “a una operación de lobbistas que no pertenecen al sector”. Y lejos de reconocer algún error en la gestión realizada hasta ahora sostuvo que “se está dañando la imagen del entidad”.
Zuccardi, quien recién asumirá formalmente en el puesto en el tradicional desayuno del próximo sábado, reemplaza al sanjuanino Angel Leotta, quien seguirá como vicepresidente del organismo. Y ayer estuvo en San Juan en el marco de la Fiesta Nacional del Sol, participando en un encuentro junto al gobernador Sergio Uñac y el ministro de Turismo y Deportes de Nación, Matías Lammens. En la reunión se analizaron temas referidos a la actividad vitivinícola, como la necesidad de desarrollar el enoturismo o turismo enológico.
La escalada contra la Coviar empezó en septiembre del año pasado y recrudeció en febrero con un documento con la firma de Bodegas de Argentina y del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este en el que terminan solicitando al Gobierno nacional la intervención del organismo. Sobre el tema, Zuccardi expresó que “en primer lugar hay que decir que mienten, porque hay un grupo de gente que se ha apropiado de Bodegas de Argentina. Hasta junio de 2019 Bodegas de Argentina fue vicepresidente de Coviar, el presidente anterior Walter Bressia, fue vicepresidente de Coviar, y el gerente, Juan Carlos Pina, fue el tesorero y firmó todos los cheques. Todo lo que hicimos hasta mitad del año pasado estuvo avalado por la gestión de ellos, pero sacan un comunicado diciendo que desde el 2005 al 2020 no estuvieron de acuerdo nunca”. Y agregó que “entiendo que una institución cambie de autoridades, pero lo que no entiendo es que se nieguen las acciones de las autoridades anteriores”.
En su entender, entre los que fogonean los ataques “hay gente que quiere concentrar las decisiones de la vitivinicultura en el directorio de una pocas empresas y especialmente llevar a que las cosas se definan en Buenos Aires, fuera de la región”.
Entre las entidades locales que se sumaron a las críticas, se encuentran la Asociación de Viñateros Independientes y la Federación de Viñateros, las que expresaron que “los objetivos que se propusieron están muy lejos de haber sido cumplidos. La entidad además terminó siendo un ámbito muy cerrado y de escasa representación real para nuestro segmento”.
Sobre estos planteos, Zuccardi sostuvo que “acá hay una puja de modelos, entre gente que quiere llevar la vitivinicultura a un modelo que no es parte de la realidad. Esta pelea de modelos ha generado ataques, uno en septiembre, otro más reciente, y a mi, cuando ni siquiera todavía asumo, me han pegado antes de sentarme la mesa, cuando lo único que propongo es una mesa amplia y abierta para que todos los sectores busquemos y construyamos los consensos”.
Sobre el pedido de intervención la Coviar, el dirigente manifestó que “es un planteo descabellado. La Coviar está auditada por todos los organismos que participan, nacionales y provinciales, el INTA, el INV. Incluso en la reunión de hoy (por ayer) estuvieron el gobernador Uñac, el ministro Lammens, el secretario de Agricultura de Mendoza, Sergio Moralejo, y los presidentes de muchas entidades”.
También defendió el manejo de los fondos al sostener que “los números de Coviar son muy transparentes, están en nuestro presupuesto, incluso la imputación de gastos. Se dicen cosas sin fundamento y negando la propia acción de la entidad”.
Para el futuro el dirigente propuso “sentarse a trabajar, a contribuir porque somos capaces de construir un buen plan que tendrá que redundar en beneficio primero de la Argentina, de la vitivinicultura y de los productores”.
-¿Cómo analiza el momento actual de la vitivinicultura?
-Es un momento complejo porque la vitivinicultura viene de dos años muy difíciles, con precios muy bajos y con una situación durísima a nivel de los productores. Hemos tenido un ciclo de dos años de muy baja producción y dos años normales, con una caída del consumo y con una economía a nivel macro muy difícil.
-¿Y cómo se ha comportado el Plan Estratégico Vitivinícola en ese contexto?
-Creo que el plan ha tenido éxito, porque si bien hay aspectos numéricos que no se han cumplido, cuando miramos lo que ocurrió en el país desde el 2005 al 2020, nos damos cuenta de que lo que no anduvo ha sido el país, con problemas muy complejos y severos. Pero si miramos lo que era el vino argentino en el mundo en el 2005 y ahora en el 2020, hemos crecido en imagen muchísimo, a pesar de que desde el 2011 al 2019 no crecimos en volumen. Y todo eso fue porque no tuvimos condiciones favorables para la exportación. Pero la imagen del vino argentino ha crecido inmensamente.
-¿Ese crecimiento ha sido mérito de lo hecho por Coviar?
-Es el resultado no sólo de Coviar, sino de toda la vitivinicultura y de todas las empresas que trabajamos en esta actividad.
-¿Cómo está el precio de la uva?
-Creo que está bajo, pero tiene que empezar a activarse. Eso sucederá si se toman algunas medidas. Por ejemplo el Gobierno de Mendoza está estudiando un banco de vinos y el INV ha operado para exigir un mayor porcentaje de uvas tintas en vinos tintos. Son medidas que deberían contribuir a una dinamización del mercado y a revertir este proceso, que está haciendo estragos entre los productores. Fuente: Diario de Cuyo/Claudio Leiva