Germán Burmeister, Presidente de Shell Argentina, es claro en sus definiciones y manifiesta abiertamente que es un defensor del libre mercado: "Vaca Muerta dejó ser un potencial y ya es una realidad. Tenemos una enorme ventana de oportunidad de ser un jugador energético clave de escala mundial en pleno proceso de transición energética".
Por supuesto que en ese objetivo de alcanzar 1,5 millón de barriles de producción para 2030, el directivo destacó cuatro factores clave: la salida del cepo, el libre acceso a la disponibilidad de divisas, más inversiones en infraestructura y desarrollar capital humano para acompañar el proceso de crecimiento que impone hoy el ritmo de expansión del shale en la provincia de Neuquén.
En diálogo con El Economista, el número 1 de Shell Argentina aprovechó su paso por la Argentina Oil & Gas (AOG) Patagonia 2004 que se llevó a cabo en el Espacio Duam con más de 17.000 asistentes para asegurar que el plan de la compañía hoy apunta a dos temas fundamentales: incrementar la producción shale oil de 50.000 barriles diarios a más de 70.000 barriles/día y duplicar el nivel de inversiones. Esto implica pasar de los actuales U$S 600 millones de inversión a más de U$S 1.200 millones en los próximos 18 meses.
"Tenemos una mirada a largo plazo que puede transformar al sector y al país. Los recursos están, pero los tenemos que hacer competitivos a nivel local. Hoy con el auge de Vaca Muerta, podemos cambiarle la economía al país. Jugamos en otra liga. Nuestra expectativas son muy positivas y en ese sentido el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) ha sido determinante. Hoy enfrentamos otra realidad con una balanza comercial energética superavitaria con más de U$S 5.000 millones para este año", explicó Burmeister.
Al respecto, el presidente de Shell Argentina insistió en que el país tiene una enorme oportunidad en el mercado hidrocarburífero mundial, pero instó a "capturar esa oportunidad".
Y dejó en claro las intenciones de la petrolera de participar en proyectos que ayuden a evacuar el crudo y gas desde la cuenca neuquina, como Vaca Muerta Sur o el mega proyecto de LNG del que tanto se habló en los últimos días tras la salida de la malaya Petronas. "Somos un jugador de peso y veremos de qué modo vamos a participar si nos toca salir a la cancha", afirmó.
Puntualmente sobre el proyecto de LNG sostuvo que los efectos pueden ser muy positivos ya que puede aportar mayor trabajo en toda la cadena de valor, ingreso de divisas, sustitución de importaciones y puede representar un importante aporte al desarrollo de la economía argentina.
"Shell produce petróleo y gas de manera eficiente y sustentable y apuntamos a lograr esa seriedad que el país necesita donde cada uno debe cumplir su rol. Soy un defensor del libre mercado. Las regulaciones que lo distorsionan no son buenas en el largo plazo", señaló. Y concluyó: "Seamos de una vez por todas un país creíble y confiable".
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