La provincia argentina de Mendoza busca ser parte de los miles de millones de dólares que el país espera generar por la producción de cobre en los próximos años. El camino no es sencillo para una provincia que rechazó la explotación minera años atrás y que no cuenta hoy con la confianza del inversor. Sin embargo, el actual Gobierno está siguiendo los pasos para poder contar con una legislación que les permita avanzar con los proyectos y desarrollar una “minería sustentable”.
Un informe elaborado por Fraser Institute en 2022 ubicó a la provincia de Mendoza (junto a Chubut) entre las 10 últimas jurisdicciones del mundo en lo que respecta a percepción política, mientras que la vecina San Juan se destacaba por encima de todas las jurisdicciones latinoamericanas.
Eso se debió principalmente al rechazo que tuvo en la legislatura mendocina, con importante apoyo de la sociedad, la reforma minera propuesta por el exgobernador Rodolfo Suárez. El actual gobernador, Alfredo Cornejo (también de la UCR), busca dar vuelta esa página.
La Cámara de Diputados de Mendoza está pronto a discutir en el recinto el proyecto presentado por Cornejo para reformar el Código de Procedimientos Mineros, que les permita avanzar con los proyectos de cobre.
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Semanas atrás, la provincia de San Juan invitó a Mendoza a formar parte de la mesa del cobre, conformada por las jurisdicciones con proyectos en desarrollo. Tras la invitación, que será formalizada en mayo, Cornejo aseguró que “Mendoza tiene un apetito evidente por el cobre, y estamos comprometidos en extraerlo de manera sostenible y productiva para el beneficio de los mendocinos y la Argentina toda”.
En febrero, Alfredo Cornejo fue al principal evento minero del mundo, el PDAC en Canadá, a convencer a los inversores sobre el potencial mendocino, que estará concentrado en la zona de Malargüe, donde también se ubican yacimientos hidrocarburíferos.
En un informe elaborado por el Gobierno mendocino, se calcula que la provincia podría llegar a producir desde 500.000 toneladas de cobre, con cuatro proyectos, a 1.500.000 toneladas, en el caso de alcanzar los ocho proyectos.
En el escenario base de cuatro proyectos, la provincia estima entre 2024 y 2050 inversiones por exploración y estudios acumulado por US$1.332 millones, inversión para la producción de hasta US$12.693 millones y gasto operacional durante la producción por US$1.189 millones.
Además, proyectan ingresos por ventas o exportaciones por US$3.150 millones al año y entre 2.135 y 4.930 empleos directos e indirectos.
En Mendoza existen actualmente dos proyectos de cobre: San Jorge (departamento Las Heras), en proceso de prefactibilidad y operado por Solway Investments, y Cerro Amarillo (Marlargüe), en exploración inicial.
Además, está en construcción un proyecto de potasa y en exploración avanzada uno de hierro y uno de oro.
Mendoza busca que el desarrollo de este sector se dé bajo cinco pilares: desarrollo minero, clúster minero, factores ambientales críticos, infraestructura y gobernanza.
Respecto al ambiental, buscan generar condiciones para desarrollar una minería “con baja huella hídrica y eco-ambiental, que ayude a enfrentar o ser resiliente al cambio climático y a recuperar y cuidar los ecosistemas”.
Argentina no produce cobre pero comparte la misma región con el principal productor de cobre del mundo: Chile. El potencial en la zona argentina atrajó a inversores que ya desarrollan distintos proyectos en las provincias de Catamarca, San Juan y Salta. Para 2030,el Gobierno argentino aspira a exportar por US$10.000 millones sólamente en cobre. Mientras que espera inversiones por más US$16.000 millones.