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Los empresarios mendocinos se quejaron del final del Programa Previaje

Consideraron que fue una iniciativa positiva, con finales mal manejados, que deberían llevar a las autoridades del Ministerio de Turismo a replantear una nueva edición a futuro.

Redacción
19/09/2022 09:58
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Los empresarios mendocinos ligados, directa o indirectamente, con la industria del turismo, se quejaron del fin, que consideraron intempestivo, del programa previaje que muchos argentinos aprovecharon para activar salidas con el incentivo de obtener beneficios que mermaran el impacto económico negativo generado por la última pandemia.

En 2021, el Ministerio de Turismo de la Nación, "implementó un ingenioso programa de promoción destinado a activar la estructura de servicios, de comidas, alojamientos, excursiones, transportes, espectáculos en Argentina, de la industria turística, muy afectada por la pandemia y con su situación agravada por la fuerte inflación", valoraron desde la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, UCIM.

 

 

"Este programa permitió a todos, la adquisición de los servicios indicados, en forma individual o en paquetes por medio de las agencias de viajes, respetando el cumplimiento de parámetros estrictos: todo debía facturarse a consumidor final, los pagos debían ser bancarizados, los montos máximos de crédito permitidos eran de hasta $ 100.000 por cada viajero, incrementado en el caso de jubilados", repasó Daniel Ariosto, presidente de la UCIM.

El participante debía registrar el comprobante formal en una página web del Ministerio de Turismo de la Nación, especialmente habilitada a esos efectos y días antes de su viaje, recibía una tarjeta de crédito del banco de Nación Argentina, con el importe correspondiente al 50% del total, que podría utilizar en el pago de otros servicios durante su viaje o posteriormente.

El beneficio fue ampliamente difundido y potenciando el “esfuerzo” del gobierno para absorber ese reintegro y fue utilizado, según la información oficial por más de 6 millones de pasajeros con una erogación de 200.000 millones de pesos.

Permitió a la industria mantener estructuras, mano de obra y en parte, recuperar las pérdidas sufridas en pandemia y al gobierno, capitalizar políticamente el éxito logrado por su iniciativa. "No fue mucha la información oficial acerca del bajo costo fiscal, que significó el programa, atendiendo el ingreso impositivo que generaba en IVA y otros impuestos, al realizarse la compra inicial y utilizarse el reintegro", consideró Ariosto.

 

 

"Fue una de las pocas acciones positivas del gobierno a favor de uno de los sectores más castigados durante la pandemia y su éxito los llevó a promocionar la realización de la 3° etapa, durante varios meses, sin precisar cómo ni cuándo", dijo.

Y agregó: "La expectativa abierta ante una nueva convocatoria, trajo una retracción en el mercado turístico porque los viajeros esperaban el nuevo beneficio, suponiendo que sería similar a la anterior convocatoria. Pero las circunstancias económicas, cambios de gabinete, quizás también la preocupación por aparecer malgastando los fondos del Estado, que no sería tal de haber aclarado inicialmente el bajo costo fiscal que representa, estiraron la implementación y en consecuencia, postergó durante meses la decisión de los viajeros en prever su viaje".

La presión de las instituciones del sector y de los usuarios, "ayudó a que se pusiera en marcha la tercera etapa, que estuvo marcada por reiteradas postergaciones, con pautas muy acotadas: términos de compra y de viaje, montos a beneficiar y finalmente, una intempestiva decisión de cerrar la operación varios días antes de lo anunciado argumentando que el presupuesto dado se agotó debido al éxito de la convocatoria".

Durante la temporada 2020 - 2021 se presentaron algunas fallas en la confección y aplicación, "por lo que no tuvo el mismo éxito que la segunda etapa que tuvo un plazo más amplio para la inscripción y libertad en el cobro de las tarifas. Fue el de mayor adhesión dado que estábamos saliendo de las restricciones más severas y la gente estaba con muchas ganas de salir, aunque no pudo hacerlo al exterior. La crisis pos pandemia y esa circunstancia provocaron un gran auge para el turismo interno", analizó Ariosto.

 

 

"El caso de la tercera convocatoria como ya dijimos que se demoró, lo que generó mayores expectativas y para las empresas, tanto agencias como hoteles, representó una complicación dado que se pusieron topes en para los pagos de habitaciones con base doble y por lo tanto, quienes se adhirieron debieron bajar sus tarifas".

Para los viajeros, "se propuso una fecha limitada. Del 6 al 11 de setiembre para quienes viajaran en octubre y en principio, del 12 al 18 del mismo mes para quienes viajaran en noviembre. Pero tanto hoteleros como viajeros se encontraron con que a través de un decreto publicado el martes 13, se decidió el cierre de programa de manera intempestiva. Cabe aclarar que las inscripciones del fin de semana también significaron una limitante administrativa que dejaron a muchos solicitantes fuera del programa o en muchos casos, realizando un gran esfuerzo para entrar", informó.

"Toda esta circunstancia determinó un gran perjuicio para muchas empresas que habían organizado y arriesgado inversiones para la tercera convocatoria, en base a lo decretado por el Gobierno, quedando imposibilitadas de ofrecer el beneficio promocionado y decepcionando, una vez más a los argentinos que esperaban con ansia estos beneficios", consideró.

Y cerró: "El Previaje ha sido una iniciativa positiva, con finales mal manejados, que deberían llevar a las autoridades del Ministerio de Turismo a replantear una nueva edición a futuro, con pautas precisamente establecidas, y manteniendo las condiciones anunciadas".

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