Finalmente, lo que fue un viejo pedido de los bancos acaba de cristalizarse: los proveedores de servicios de pago (PSP), es decir, las billeteras digitales como Mercado Pago, Naranja X, Ualá o MODO, estarán afectadas por el impuesto a los créditos y débitos, más conocido como «Impuesto al Cheque».
El el Decreto 301/2021, que se publicó este sábado en el Boletín Oficial, establece que el objetivo es establecer el mismo tratamiento a las cuentas de pago ofrecidas por las fintech a las cuentas corrientes bancarias.
No obstante, la medida exime a los monotributistas, cuando utilicen una cuenta corriente bancaria, de abonar este gravamen de 0,25%. Ambas medidas estarán activas desde el 1º de agosto.
De acuerdo con el decreto, las cuentas virtuales tendrán el mismo tratamiento impositivo a una caja de ahorro cuando el titular sea una persona humana. En cambio, funcionará como una cuenta corriente si se trata de una persona jurídica (empresa de cualquier tamaño).
Por su parte, los monotributistas estarán exentos. Las mismas alícuotas del Impuesto de Créditos y Débitos que aplican a las cuentas bancarias se trasladarán a las cuentas virtuales. No habrá ningún tipo de impuestos cuando las transferencias se realicen entre cuentas bancarias y virtuales de un mismo titular, sea persona física o jurídida.
En el caso de las empresas, la recaudación del Impuesto de Créditos y Débitos puede ser utilizado como pago a cuenta de Ganancias: 100% para pequeñas, 60% para medianas y 33% para grandes.
Sebastían M. Domínguez, socio del estudio tributarista SDC, afirma a iProUP que la gran novedad es que «exime a los monotributistas que tengan cuentas bancarias de pagar la alícuota de 2,5 por mil, a la vez que se asemeja la caja de ahorro de una persona humana, que no pagaba, con la cuenta virtual de una persona humana, que esta exenta«.
Además, indica que en el mismo sentido se «se asimila la cuenta corriente de una persona jurídica con la cuenta virtual de una persona jurídica«.
«La norma está correcta: viene a equiparar las cuentas bancarias con las cuentas de pago y hay un tratamiento simétrico. Pero no hay que olvidar de que es un impuesto que iba a estar por un año (durante la crisis de 2001) y después se prorrogó. Es un impuesto distorsivo que habría que sacarlo directamente«, remarca Domínguez.
Aunque afirma que, «como genera una recaudación importante y por el actual déficit fiscal no es posible eliminarlo, se debería establecer un cronograma cierto para permitir el cómputo al 100% como pago a cuenta y afectando a empresas de todos los tamaños, no sólo a Pymes».
Se trata de un gran golpe para las empresas que habían empezado a utilizar los medios de cobro digitales, especialmente, el QR de Mercado Pago, para su operación habitual. De hecho, el unicornio permitía reducir al máximo el efectivo, cerrando el circuito de dinero digital:
- Mayoristas
- Comercios barriales (especialmente, los autoservicios asiáticos), que compraban en los mayoristas
- Consumidores, que abonaban en locales de cercanía
La plataforma también se amplió a estaciones de servicio, cadenas de fast food, grandes supermercados y hasta ferias barriales. Así, se reducía la circulación de billetes, que es ineficiente para los comercios.
A fines de octubre, Mercado Pago comenzó con la retención del Impuesto al Cheque: los usuarios que utilizan su nueva Central de Transferencias verán una tasa descontada cuando envíen fondos a una cuenta bancaria:
- 1,2% si son resposables inscriptos o consumidores finales
- 0,5% si son monotributistas
En pocas palabas, si un usuario requiere el efectivo, debe traspasar dinero de la billetera a su banco para retirarlo desde cualquier cajero automático. Por lo que está obligado a gastar en la plataforma si quiere evitar el gravamen.
“Una vez más, aprovechó su posición dominante para matar al resto de la industria“, señaló en ese momento un directivo de una fintech en ascenso, quien -sin embargo- calificó como «brillante» a la movida de la firma de Marcos Galperin.
“Se cortó solo y nos mandó al muere a todo”», había lamentado uno de los tantos ejecutivos fintech que quedó petrificado al enterarse de la novedad de Mercado Pago. Pero, en realidad, había adelantado la jugada del Gobierno.
La pandemia multiplicó el negocio online como nunca antes: se duplicó la facturación en los primeros meses del año, con 63% más de operaciones. No sólo los comercios que tenían su operación basada principalmente en el negocio offline se volcaron a Internet, sino que casi el 40% de los usuarios realizó por primera vez una compra por la web.
Al ser el principal jugador del ecommerce, el anuncio de la retención de un nuevo impuesto fue rápidamente tema de críticas en redes sociales. Pero, ¿cuánto de lo que se paga en Mercado Libre corresponde a gravámenes?
«En todas las compras impactan dos tipos de impuestos: aquellos que dependen en forma directa de la comercialización y lo que son costos totales de la actividad de la empresa y forman parte de la estructura», afirma Martín Caranta, socio a cargo de impuestos del estudio Lisicki Litvin, quien desglosa:
- Directos: “se relacionan con cada unidad comercializada, como el impuesto sobre los Ingresos Brutos“
- Indirectos: “forman parte del costo total de la actividad, pero impactan indirectamente en cada venta, como el Impuesto a las Ganancias o los Aportes a la Seguridad Social“
De este modo, Caranta afirma que en cada compra, por impuestos que dependen directamente de la venta, el consumidor final termina pagando:
- 21% de IVA
- 5% de Ingresos Brutos en promedio
- 1,2% en concepto del Impuesto al Débito y al Crédito Bancario
- 1% de Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene y
Con respecto a los costos indirectos, Caranta afirma: «El impacto en el importe final dependerá del mercado (posibilidad de trasladarlos o no al precio) y la estructura de la empresa (si tiene mayor o menor cantidad de mano de obra)».
Si a esto se le suman los costos por operar en la plataforma (como el 13% de comisión por venta), por cada $100 que abona un usuario por su compra en Mercado Libre, hasta $40 corresponden a impuestos y costos que se trasladan al precio.
Claro que el monto total de gravámenes dependerá de qué artículos se comercializan. Por ejemplo, algunos bienes llevan impuestos internos, como los de electrónica, que es un tributo específico que no afecta a la generalidad del resto de los productos comercializados.