Cómo evolucionaron las cuentas de Mendoza en la última década

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Cómo evolucionaron las cuentas de Mendoza en la última década

Del análisis de los números fiscales destacamos 5 aspectos y tendencias:
Redacción
06/06/2022 07:30

Mediante un exclusivo estudio del CEM, se muestra cómo evolucionaron las cuentas de la provincia en la última década.

De acuerdo al informe de Finanzas provinciales 2012-2021, que publica este domingo el CEM (Consejo Empresario de Mendoza, el ordenamiento de las finanzas públicas provinciales continúa. El dato destacado de la ejecución presupuestaria 2021 es que, tal como estimamos en nuestro informe fiscal de octubre del año pasado, el Estado provincial logró cerrar el año con un superávit operativo del 4,6% de los recursos corrientes, hecho que no ocurría desde el año 2008. El ahorro corriente subió hasta alcanzar el 11,4% de los recursos corrientes.

En esta dinámica de las cuentas públicas del 2021, cabe resaltar que la participación de las erogaciones corrientes en el total del gasto disminuyó al 84%, vs. 92% promedio de la última década. Se destaca la caída en intereses y gastos de la deuda desde 8% en 2018 a 4%; un aumento de las transferencias a municipios y otras transferencias desde 24% en 2015 al 31%, y una reducción del gasto en personal del 60% en 2015 al 50% de las erogaciones corrientes.

La necesidad de cuidar el ahorro corriente: Entre 2012 y 2015 las erogaciones corrientes aumentaron más rápido que los recursos corrientes, contribuyendo al proceso de deterioro del resultado corriente iniciado unos años antes. La tendencia se revirtió en 2016, logrando sendos superávits corrientes de 8,1% en 2018 y de 11,4% en 2021.

Empleo público: El empleo público creció 6,9% entre 2011 y 2021, desde 103.423 hasta 110.578 cargos y contratos. En igual período, el empleo privado estuvo estancado. Entre 2011 y 2015 la planta estatal aumentó casi un 10%, más que duplicando el crecimiento poblacional. Desde 2016 se observa un esfuerzo por readecuarla, reduciéndola 3,5%; entre 2019 y 2021, el empleo público aumentó casi 1%. Hoy la Provincia emplea 55 trabajadores cada 1.000 habitantes (2015: 60). En 2012 el gasto en personal representaba el 59% de los recursos corrientes y llegó al 65% en 2015, para ubicarse en 44% en 2021.

Inversión pública: Las erogaciones de capital promediaron 7% de los recursos corrientes entre 2012 y 2016, recuperando terreno entre 2017 y 2019 al promediar 10%. Luego de una caída en 2020 en un contexto de pandemia y contracción de la actividad económica, vuelven a los dos dígitos el último año. Resulta auspicioso que las erogaciones de capital representen una porción mayor de las erogaciones totales, y eso es más probable cuando las cuentas fiscales están ordenadas. Cabe destacar, sin embargo, que los trabajos públicos (inversión pública) se encuentran en mínimos de la década. En 2021 se ejecutó el 75% del monto presupuestado ($5.856 millones vs. $7.747 millones), alcanzando tan solo el 2,3% de los recursos corrientes.

Tamaño del Estado: En la última década, caracterizada por el estancamiento económico, el gasto público provincial en relación al PBG aumentó un 7,8% (2012: 20,6%; 2021: 22,2%). Con la economía paralizada, un Estado más grande debió ser solventado por un sector privado más pequeño. Se distinguen tres etapas: a) crecimiento sostenido del gasto entre 2012 y 2015, b) amesetamiento del gasto entre 2016 y 2019; c) gasto a la baja entre 2019 y 2021.

Presión tributaria: En línea con el gasto creciente, la presión impositiva efectiva se incrementó fuertemente, desde 3,8% del PBG en 2010 a 7,9% en 2017, comenzando desde entonces un descenso hasta ubicarse en 6,5% en 2020 y 2021. No obstante, esta tasa es casi el doble de la de 2005 (3,5%).

Hacia adelante, es necesario trabajar una agenda enfocada en la mejora de la competitividad y en el crecimiento de la producción y el empleo privado registrado como base del desarrollo de Mendoza y como instrumento para reducir la pobreza. Entendemos que el proceso de adecuación del gasto público iniciado en 2016 debe seguir, enfatizando en la calidad y eficiencia del gasto, sin reducir su impacto, acompañado de la baja en la presión tributaria y de mecanismos de compensación de impuestos por empleo. El tamaño de Estado no puede ser más grande que el que los mendocinos puedan financiar conforme a la realidad económica de