Aburre. No dan ganas de verlo, de verdad. Juega mal, no muestra rebeldía y menos que menos pasajes de buen fútbol. El Lobo camina, no corre y por ende no caza. Su barriga está flaca y el pelaje no brilla. Ya no es el animal que fue. Pocos quieren acariciarlo porque no da señales de dejar hacerlo.
Ante el León de Río Cuarto se mostró temerario. Quedó lejos de la cima y su destino parece estar echado. Gimnasia y Esgrima volvió a decepcionar en casa ante su público al igualar cero a cero con Estudiantes de Río Cuarto.
El equipo mendocino terminó con diez jugadores por expulsión de Joan Juncos a los 7 minutos del complemento.
El primer tiempo del juego, válido por la 32 fecha de la Zona A del torneo de Primera Nacional, fue un verdadero bostezo. El equipo mendocino se mostró híbrido y carente de sorpresas.
En el segundo tiempo pareció que el Blanquinegro cambiaría de actitud, pero lamentablemente, sólo fue una ilusión óptica que ilusionó a los hinchas.
El partido fue mediocre. El equipo cordobés pudo haberlo ganado en el tramo final pero tampoco hizo mucho para llevarse el triunfo de la tierra del Sol y el Buen Vino. Giovini impidió la derrota del alicaído y triste Lobo que no logra aullar en su guarida.
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La síntesis:
Gimnasia y Esgrima (0): Sebastián Giovini; Gabriel Vallés, Diego Mondino, Franco Meritello y Lucas Carrizo; Santiago López, Iván Ramírez, Franco Carrasco y Brian Andrada; Joan Juncos y Ramón Lentini. DT: Diego Pozo.
Estudiantes (RC) (0): Brian Olivera; Gonzalo Maffini, Franco Pardo, Maximiliano Padilla; Damián Adín, Nahuel Cainelli, Matías Morales y Mauro Formica; Nicolás Talpone; Marcos Arturia y Matías Montejano. DT: Seferino Flores.
Estadio: Gimnasia y Esgrima.
Árbitro: Andrés Gariano.