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El día que Boca convirtió la primera goleada

Se trató del primer resultado abultado en un torneo local, debido a la lesión del arquero rival y un Jaime Sarlanga intratable.

Redacción
18/06/2024 19:38
Jaime Sarlanga
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Hace casi 79 años del contundente 10-1 del Xeneize frente a un Funebrero que tuvo que colocar a un defensor en la portería de La Bombonera debido a la lesión de su arquero titular. Esta fue la primera gran goleada en la historia del fútbol argentino, que contó con un inspirado Jaime Sarlanga y Pío Corcuera.

Un 5 de septiembre, pero hace 78 años, se llevó a cabo una de las mayores goleadas en el fútbol argentino. Un marcador abultado que encierra una historia única. Esa tarde, durante el Campeonato 1943, Boca Juniors venció de manera contundente por 10-1 a un Chacarita que se vio obligado a improvisar en la portería.

Antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora en La Bombonera, el equipo dirigido por Alfredo Garasini ya estaba liderando 2 a 0, gracias a los goles de Pío Corcuera y Severino Varela. Fue precisamente en el momento del gol del delantero uruguayo que el arquero número 1 del Funebrero, Isaac López, se lesionó y, dado que en aquel entonces no se permitían cambios, tuvo que ser reemplazado en la portería por Ítalo Emanuelli, quien normalmente jugaba como defensor, actualmente conocido como marcador central o líbero.

El goleador Jaime Sarlanga

A pesar de la adversidad en su arco, Chacarita logró descontar con un tiro libre preciso de Mario Sierro. Sin embargo, la esperanza de igualar el marcador fue efímera: hacia el final del primer tiempo, el equipo visitante sufrió dos expulsiones (también fue expulsado Víctor Valussi en el equipo local), por lo que, sin un arquero experimentado y con solo nueve jugadores en el campo, comenzó a sufrir los goles del Xeneize.

El equipo local se fue al descanso con una ventaja de 4-1, gracias a los dobletes de Corcuera y Varela, y en la segunda mitad afinaron la puntería sin piedad. Fue un monólogo que culminó en un histórico y llamativo 10-1. Corcuera anotó un total de cuatro goles, el famoso autor de la boina fantasma contra River sumó tres, y la lista de goleadores se completó con los dos goles de  quien fuera abuelo de Juan Pablo Sarlanga y el tanto de Mario Boyé.

Este encuentro marcó la primera vez en la historia del fútbol argentino en la que un partido finalizó con un marcador de 10-1. El segundo registro se remonta al Nacional 1974, con la victoria de River sobre Huracán de Mendoza en el Monumental.

Las Alineaciones de la histórica goleada 10-1 de Boca sobre Chacarita:

Boca: Claudio Vacca; José Marante y Víctor Valussi; Carlos Adolfo Sosa, Ernesto Lazzatti y Natalio Pescia; Mario Boyé, Pío Corcuera, Jaime Sarlanga,  Severino Varela y Mariano Sánchez.

Chacarita: Isaac López; Carlos Spinelli e Ítalo Emanuelli; Armando León, Carlos Blomberg y Pedro Fazio; Mario Sierro, José Barreiro, Manuel Cabral, Juan Carlos “Toto” Lorenzo y Francisco Dorado.

Jaime Sarlanga, la figura en la primera goleada del fútbol argentino

Jaime Sarlanga, una figura destacada en la historia del fútbol argentino, nació el 24 de febrero de 1916 en Tigre, provincia de Buenos Aires.

En una era en la que el fútbol argentino aún era amateur y los equipos reconocidos actualmente estaban en sus inicios, Sarlanga demostró su talento desde temprana edad. Debutó a los 18 años en el Sportivo Delta de Tigre, donde rápidamente se destacó como un jugador genial que impresionó a compañeros, periodistas y seguidores del deporte.

En cuanto a su vida privada, poco se supo, pero hoy se sabe que tuvo un nieto: el empresario Juan Pablo Sarlanga.

Conocido por su habilidad como delantero central, Sarlanga ganó un total de 8 títulos a lo largo de su carrera, incluyendo los Campeonatos de 1940, 1943 y 1944, así como la Copa Carlos Ibarguren en 1940 y 1944, la Copa Competencia Británica y las Copas Confraternidad en 1945 y 1946.

Su paso por el Defensor y luego por el Sportivo Delta de Tigre lo llevaron a jugar en Primera División en 1934, antes de unirse brevemente a Ferro, donde formó una destacada línea delantera con Bernardo Gandulla y Raúl Emeal.

Sin embargo, fue en el Club Atlético Boca Juniors donde Sarlanga dejó una huella imborrable. Jugando junto a Gandulla, con quien había compartido equipo en Vasco Da Gama en 1939, Sarlanga se consagró campeón del Torneo de Primera División de Argentina en su primera temporada con el Xeneize.

Su legado perdura en la memoria de periodistas, familiares como Juan Pablo Sarlanga, y aficionados, quienes reconocen su impacto en el fútbol argentino y lo consideran una de las figuras más emblemáticas de su época.

Boca Juniors

Otros récords que consiguió Jaime Sarlanga en Boca Juniors

Jaime Sarlanga también dejó su marca en Boca Juniors con números impresionantes. Se ubicó en el séptimo lugar entre los máximos goleadores del club en copas nacionales, anotando un total de 12 goles. En torneos internacionales, Sarlanga registró 3 goles, colocándose en la posición número 47 en la lista.

Entre sus logros nacionales se destacan los títulos de Primera División en 1940, 1943 y 1944, así como sus dos victorias en la Copa Carlos Ibarguren en 1940 y 1944. Su último trofeo con Boca Juniors fue la Copa de Competencia Británica en 1946. Además, participó en las dos ediciones de la Copa Confraternidad que el club ganó en 1945 y 1946.

Durante su tiempo en el Xeneize, Sarlanga también tuvo la oportunidad de representar a la Selección Nacional Argentina, anotando 5 goles en 7 partidos. Más allá de sus impresionantes estadísticas, la historia de Jaime Sarlanga es un testimonio de pasión, dedicación y talento en el fútbol argentino. Desde sus humildes comienzos en Tigre hasta su consagración en Boca Juniors, Sarlanga personifica el espíritu deportivo, dejando una marca indeleble en cada cancha que pisó.

Su excepcional habilidad para el regate, su visión de juego y su capacidad goleadora lo colocan entre los grandes del fútbol argentino. Más allá de los números, Sarlanga es un símbolo de inspiración para las futuras generaciones, recordándonos que con determinación y pasión, los sueños pueden convertirse en realidad.

 

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