Debía volver a la victoria. Era la consigna, la meta, la necesidad. Independiente Rivadavia, apagado en las últimas fechas, tenía que ganar en el Bautista Gargantini ante un rival complicado como lo es Deportivo Riestra.
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No fue preciso La Lepra. Le costó hilvanar ideas e incluso, arriesgando de más, sufrió sofocones serios que encendieron las alarmas defensivas. De a poco, con más amor propio que ideas, Independiente fue acorralando al Malevo de Pompeya, pero no lograba vulnerar la última línea y en pardas se fue a descansar.
El lastre adquirido durante el certamen ha comenzado a hacer mella en las huestes azules que para colmo de males no podrá contra ante Ferro, el próximo rival, con la presencia del paraguayo Alex Arce que llegó a la quinta amarilla.
Si el arranque del partido había denotado nerviosismo en Independiente, el complemento fue peor. La Lepra ya sabía que Chacarita había empatado, pero llegaban noticias desde el Omar Higinio Sperdutti que anunciaban que Maipú ganaba su partido y por ende era el puntero, una vez más, de la zona.
Juan Manuel Elordi junto a Diego Tonetto se convirtieron en la punta de lanza de los dirigidos por Berti y así se inició un nuevo capítulo. Arce, el arquero de Riestra, comenzaba a mostrar sus cualidades y se erguía como el jugador más importante de la visita hasta que asomó la figura de Arce, el Guaraní goleador que, a los 4 minutos del segundo segmento, tras un centro de Reali, metió la derecha para hacer delirar a los hinchas Azules y atrapar una victoria necesaria que recompone la confianza y realza la parte anímica.