Luego de tragar todo lo posible en el rock nacional viene la parte dulce, pastelera y previa a sobremesa.
"Si hay algo gagá es el rock. De ahí su ventaja: es inimputable. Entonces, ¿para qué insistir en la guerra perdida? Para dejar de deconstruirse. Para reafirmar el carozo.
Súper Dulce de Leche es un anacronismo. Una inocencia a propósito. La diabetes de la caca. Levantando la bandera arriada de Los Silver Mangiacazzi (banda olvidada e imprescindible), abjurando de cualquier ukelele y de todas las Mac Book Pro, llegan a la primavera analógica con un power trío. Javier Vilariño en bajo/voz. Raúl Arnal en batería. Javier Pérez Cremaschi en guitarras. No les sobra nada. Les falta vergüenza ajena.
¿Qué tienen para decir? Todo lo que se ha cancelado. Los integrantes de Super Dulce de Leche llegan a la conclusión de la saturación. Dicen que "tenemos las pelotas llenas de tantas frasecitas francesitas. Que el desamor es irremontable pero todavía tenemos ganas. Que basta de hacer temas para minitas. Que el futuro ya llegó y es una bicisenda.
Aquí no hay victoria posible. Pero la derrota se va a vender muy cara". Y como dijo el Rosario Ilustre Negro Fontanarrosa "quién quiere comprar una derrota y para colmo, cara".
Debut absoluto. Este Sábado 16 de Noviembre, 23 horas. Willys Bar de Chacras de Coria.