El Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Comercio Internacional, bajo la dirección de Gerardo Werthein, avanza con una renovación radical de su estructura diplomática. La decisión, alineada con las políticas del presidente Javier Milei, busca reducir costos, eliminar privilegios y optimizar el funcionamiento de embajadas y consulados.
En los últimos días, el foco estuvo en la salida de Martín García Moritán, embajador en Uruguay, quien fue jubilado al alcanzar el límite de edad establecido por la Ley 20.957: 70 años para embajadores, 67 para ministros y 65 para otros rangos diplomáticos.
A su caso se suman los traslados de Juan Carlos Valle Raleigh (Bélgica) y Claudio Pérez Paladino (Sudáfrica), confirmados mediante decretos publicados en el Boletín Oficial.
“Si se alcanza la edad estipulada, la persona se jubila y se termina la historia”, señalaron desde el Ministerio, subrayando que el proceso es parte de la "normalidad administrativa".
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Un plan de recorte y reorganización
Werthein no oculta su intención de "pasar la motosierra" por Cancillería, como dicta Milei. La propuesta incluye la unificación de sedes diplomáticas y la eliminación de aquellas consideradas innecesarias. Entre los casos en evaluación, destacan Montevideo, con su embajada y la representación ante ALADI, y Roma, aunque se están estudiando otras posibles fusiones o cierres.
“El objetivo es identificar oficinas que no tengan utilidad y eliminarlas, algo que muchos países ya están haciendo”, explicaron fuentes del Palacio San Martín.
Vacantes estratégicas
La reorganización también enfrenta desafíos en los nombramientos. España, un destino clave, sigue sin embajador tras la caída de la designación de Alejandro Alonso debido a denuncias de maltrato en su anterior rol en el Consulado de Barcelona. Las tensiones diplomáticas con el presidente español, Pedro Sánchez, complican aún más la elección del representante.
En Estados Unidos, Alex Campbell está perfilado como el próximo embajador, pero su pliego aún no fue enviado al Senado. Este nombramiento podría oficializarse durante las sesiones extraordinarias del Congreso, coincidiendo con la participación de Werthein y Milei en la asunción de Donald Trump en Washington.
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Un cambio profundo y cuestionado
Aunque el gobierno asegura que la reestructuración busca eficiencia y austeridad, la falta de voceros oficiales y las decisiones unilaterales generan inquietud dentro y fuera del Ministerio. Werthein, rodeado por un equipo reducido, avanza en un proceso que promete transformar la Cancillería, dejando un mensaje claro: la diplomacia argentina se adapta a los nuevos tiempos o se queda atrás.