El infierno en las sierras de Córdoba no da respiro. Los incendios forestales, que ya consumieron más de 16.600 hectáreas en el Valle de Punilla y otras zonas serranas, han obligado al gobierno provincial a declarar "zona de desastre" y aumentar el Fondo Permanente para Atención de Desastres a 5.000 millones de pesos. Esta medida surge como respuesta a la situación crítica que enfrenta la provincia ante un fuego incontrolable.
El Gobierno de Córdoba, a través de un comunicado oficial, expresó su agradecimiento a los bomberos y brigadistas que continúan en una lucha incesante contra las llamas, destacando su valentía en la primera línea de batalla. "Ratificamos que todo daño ambiental, productivo y material será remediado mediante este fondo que hemos decidido duplicar", señaló el texto.
Las condiciones climáticas no ofrecen tregua: vientos fuertes y altas temperaturas complican cada vez más las tareas de extinción, y los pronósticos no prevén lluvias en el corto plazo, lo que agrava aún más la situación.
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Dos detenidos: el fuego intencional, bajo la lupa
La tragedia no solo avanza por la naturaleza: las investigaciones indican que parte de los incendios podrían haber sido provocados. Las fuerzas de seguridad ya han detenido a dos personas sospechosas de iniciar los focos de fuego. El primero de ellos, un hombre de 31 años, fue capturado con un bidón de nafta en su poder tras ser visto intentando prender fuego en un área residencial. En tanto, un joven de 19 años fue arrestado pocas horas después, vinculado también con los siniestros.
Bomberos al límite
Los informes desde el campo son desoladores. Según fuentes cercanas al operativo de emergencia, los bomberos y brigadistas están exhaustos y al borde del colapso. "No damos abasto", fue el mensaje que dejaron desde uno de los cuarteles afectados. El panorama empeora cada día con nuevos focos de incendio que se registran en el Cerro Champaquí y el Valle de Calamuchita.
Mientras tanto, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) informó que, hasta el domingo al mediodía, el fuego había arrasado con más de 16.600 hectáreas solo en Punilla, un dato que refleja la magnitud del desastre en curso.
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La provincia enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años, con el fuego extendiéndose sin control. Las autoridades instan a la población a tomar precauciones y a colaborar en lo posible, mientras los equipos de emergencia luchan por contener una tragedia que aún parece lejos de su fin.