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Duro análisis de los efectos de incendios en Córdoba por la Defensoría del Pueblo de la Nación

La Defensoría del Pueblo de la Nación realizó un informe sobre los incendios forestales registrados en la provincia de Córdoba durante el mes de setiembre de este año, considerando que representan una grave crisis ambiental y social.

27/09/2024 17:04
La Defensoría del Pueblo de la Nación calificó de grave crisis ambiental y social la situación.
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La Defensoría del Pueblo de la Nación realizó un informe sobre los incendios forestales en Córdoba“El impacto en la población ha sido significativo, con evacuaciones, destrucción de propiedades y la pérdida de vastas áreas de monte nativo, como también de animales”, explica el informe.

“Aunque existió respuesta estatal, la magnitud del desastre demanda una mayor movilización de recursos y la implementación de medidas preventivas de largo plazo. Es esencial actuar con rapidez para mitigar los daños actuales y prevenir futuras catástrofes similares, protegiendo tanto a las comunidades locales como al medio ambiente”, concluye.

El trabajo se basó en los reportes de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), del Sistema Nacional de Manejo del Fuego e información periodística.

Los temas analizados son: las áreas más afectadas, la extensión de las hectáreas quemadas, el impacto sobre la población local y el medio ambiente y las acciones implementadas por el Estado.

El documento acompaña también posibles medidas preventivas, de emergencia y de recuperación.

El detalle parte del informe:

Zonas Afectadas por los Incendios

Las áreas de Chancaní y San Marcos Sierras han sido las más afectadas durante este período. En Chancaní, el fuego ha consumido vastas extensiones de bosque nativo, una zona caracterizada por su difícil acceso y su relevancia ambiental. Este incendio ha requerido un esfuerzo considerable de los bomberos y brigadistas, quienes han trabajado sin descanso para evitar la propagación a áreas vecinas. En San Marcos Sierras, el incendio ha mantenido una actividad intensa, con focos que han amenazado viviendas y otras infraestructuras locales.

La Granja es otra área fuertemente impactada. Durante cinco días consecutivos, el fuego ha amenazado las localidades cercanas, obligando a la intervención de más de 100 bomberos que dividieron sus esfuerzos en tres flancos principales. El trabajo en esta zona ha sido particularmente desafiante debido a los vientos cambiantes y la topografía accidentada.

En Capilla del Monte, la situación también ha sido crítica, especialmente en las cercanías del Cerro Uritorco, uno de los puntos turísticos más importantes de la región. Las llamas en esta área no solo han afectado la vegetación, sino que también han obligado a imponer restricciones de acceso para proteger a los visitantes y residentes.

Con frentes activos sobre las sierras desde Capilla del Monte hasta Los Cocos, se vieron afectadas al menos 16.600 hectáreas, esto sin incluir los focos en la zona de San Esteban.

El incendio en Capilla del Monte ha sido contenido parcialmente, pero se mantienen operaciones de vigilancia para prevenir reinicios.

El incendio en Paso Colorado también ha demandado recursos significativos. Esta región ha sido afectada por la expansión del fuego desde otras zonas y la proximidad de las llamas a áreas residenciales ha generado evacuaciones preventivas y un despliegue importante de recursos de emergencia.

Otras localidades afectadas son Villa Berna, Bosque Alegre, Los Cocos, Salsacate; San Esteban, La Cumbre, Salsipuedes, Los Nosticos, Corral de Piedras, Quebrada de las Mermelas. En algunos lugares el fuego fue controlado y en otros hay focos activos.

Hectáreas Quemadas

La cantidad total de hectáreas afectadas es difícil de determinar con exactitud debido a la dispersión de los focos y la continuidad de los incendios en varias zonas. Sin embargo, se estima que serían más de 43.000 las hectáreas de bosque nativo y pastizales que han sido destruidas en Punilla y Calamuchita durante el mes de septiembre.

La provincia de Córdoba totaliza a la fecha unas 69.000 hectáreas devoradas por grandes incendios en el 2024, que se suman a las 40.000 hectáreas que se vieron afectadas en 2023.

En Chancaní, una de las áreas más severamente impactadas, el fuego ha devastado un amplio sector de su vegetación, lo que resulta en la pérdida de hábitats críticos para la fauna local. La magnitud de los incendios en esta zona, combinada con la complejidad del terreno, ha hecho que la evaluación precisa de los daños sea un desafío.

En San Marcos Sierras y Capilla del Monte, aunque el fuego ha sido parcialmente contenido, la extensión del daño sigue siendo significativa. En estas áreas, se ha reportado que cientos de hectáreas han sido afectadas, alterando no solo el paisaje, sino también las actividades agrícolas y turísticas.

Impacto en las Poblaciones y el Ambiente

El impacto de los incendios en los derechos de las personas que integran las poblaciones locales ha sido muy importante:

Evacuaciones y Pérdidas Personales:

En varias localidades, como La Granja y Capilla del Monte, se llevaron a cabo evacuaciones preventivas para proteger a los residentes del avance del fuego. En algunos casos, las familias han perdido todas sus pertenencias, como es el caso de una docente en Capilla del Monte que relató cómo su hogar y todos sus recuerdos fueron consumidos por las llamas. Estas pérdidas no solo son materiales, sino también emocionales, afectando profundamente la vida de los damnificados.

Suspensión de Clases:

La proximidad del fuego y la densa presencia de humo obligaron a suspender temporalmente las clases en instituciones educativas distribuidas en los departamentos de Punilla, Colón, Calamuchita, Cruz del Eje, Pocho, e Ischilín. Aunque las estructuras escolares no sufrieron daños, la interrupción de las clases afectó a miles de estudiantes y a sus familias, quienes debieron adaptarse a la incertidumbre generada por los incendios.

Afectación a la salud pública y a la integridad física:

El humo y las partículas liberadas por la vegetación durante los incendios forestales están compuestos por una mezcla de gases entre los que se cuentan el monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM2.5), que afectan la calidad del aire.  Esto puede generar enfermedades respiratorias y cardiovasculares y otros problemas de salud ya que provocan tos, dificultad para respirar, irritación en ojos y garganta, obstrucción de los bronquios, dolor de pecho y/o de cabeza (cefalea), crisis de asma, cansancio y decaimiento, todo lo cual incrementa los costos sanitarios.

Por otra parte, el desprendimiento de cenizas que ocurre luego de un incendio y que se deposita en ríos y arroyos provoca que las mismas lleguen a las plantas potabilizadoras, afectando la calidad y el suministro de agua segura a la población. Este es un problema de extrema relevancia en una provincia como Córdoba, que presenta una gran vulnerabilidad hídrica y restricciones en la provisión y el abastecimiento de este recurso vital.

Impactos Económicos:

La economía local ha sufrido un golpe significativo. En Capilla del Monte, destino con mucha afluencia turística, los incendios provocaron la cancelación de reservas y la pérdida de ingresos para hoteles y restaurantes. La falta de certeza sobre la seguridad en las zonas afectadas ha llevado a una disminución en la actividad turística, afectando a numerosos trabajadores y empresas locales. Asimismo, aquellos con producciones ganaderas y con emprendimientos de cría de caballos también fueron afectados por la destrucción de los alambrados, la pérdida de infraestructura y la muerte de animales.

Los daños en los tendidos eléctricos; el costo de evacuar a la población; las pérdidas asociadas a la interrupción de los servicios de energía y de agua; la asignación de personal para realizar cortes efectivos de rutas y caminos por la presencia de humo o para evitar la afluencia de personas hacia zonas de riesgo; la sobrecarga de los sistemas de salud para atender a los afectados por el humo y las cenizas y a quienes sufren los impactos emocionales de los siniestros (o de la incertidumbre misma) generan gastos adicionales para los gobiernos locales que se suman al costo del combate y supresión de los propios incendios.

Impactos en la biodiversidad y en los sistemas naturales:

Los incendios forestales generan un fuerte impacto sobre la biodiversidad local. Muchos animales no pueden escapar del incendio, especialmente aquellas que dependen de una vegetación específica para desplazarse, los de tamaño pequeño y los que tienen baja movilidad por lo que mueren por acción del fuego o del humo. De la misma manera, la pérdida de relictos de bosque nativo es alarmante, especialmente cuando se trata de árboles añosos.

Asimismo provocan que el suelo se vuelva más vulnerable a la erosión, ya que la vegetación que lo protegía ha sido destruida y ahora sus partículas pueden ser removidas fácilmente por el viento o al agua de lluvia. La erosión reduce la fertilidad del suelo ya que afecta la capacidad para retener agua y nutrientes, lo que puede provocar desertificación, especialmente en áreas semiáridas como Córdoba.

La pérdida de la vegetación genera la alteración del ciclo del agua ya las gotas de lluvia impactan directamente sobre el suelo y se desplazan por el mismo a gran velocidad (aumenta la escorrentía superficial) provocando que el desborde de los ríos y arroyos. A la vez, el agua de lluvia no permanece el tiempo suficiente sobre el suelo para lograr infiltrarse a las napas y recargar los acuíferos subterráneos. Esto no solo aumenta el riesgo de inundaciones, sino que provoca que haya faltante de agua durante el período seco y que muchas localidades tengan que programar cortes de suministro.

Los incendios pueden fragmentar ecosistemas previamente conectados, dificultando el movimiento y la migración de especies. Esto puede llevar a la reducción de la variabilidad genética y la resiliencia de las especies y eventualmente conducir a extinciones locales.

La respuesta del Estado presenta desafíos:

-Despliegue de Recursos:

En respuesta a los incendios, se desplegaron numerosos recursos humanos y materiales, incluyendo bomberos voluntarios, brigadistas del ETAC, y personal del ejército. En La Granja, por ejemplo, se movilizaron más de 100 combatientes que trabajaron día y noche para contener el fuego. A pesar de estos esfuerzos, la magnitud de los incendios y las difíciles condiciones climáticas complicaron la tarea.

-Colaboración Nacional:

El gobierno nacional también ha intervenido, proporcionando medios aéreos y apoyo logístico adicional para las zonas más afectadas. No obstante, la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno ha enfrentado críticas debido a la demora en la movilización de algunos recursos clave, lo que ha subrayado la necesidad de mejorar la planificación y la respuesta ante emergencias ambientales de esta magnitud, máxime teniendo en cuenta que el Sistema Nacional de Manejo del Fuego desde agosto había anticipado un marcado incremento de las condiciones de peligro de incendios en la zona para el siguiente trimestre.

-Solicitud de declaración de emergencia ambiental, económica y habitacional:

Senadores Nacionales por la provincia de Córdoba presentaron un proyecto conjunto para solicitar la declaración de emergencia ambiental, económica y habitacional en las zonas de la provincia afectadas por los incendios forestales. Obtuvo media sanción en el Senado.

-Medidas Preventivas:

Entre las medidas preventivas implementadas se incluyen la prohibición de acceso a áreas turísticas como los cerros Champaquí y Uritorco, para evitar riesgos adicionales. Estas restricciones buscan no solo proteger a los visitantes y residentes, sino también facilitar las operaciones de emergencia en áreas críticas.

Por ello, la Defensoría nacional considera que los incendios masivos ocurridos en Córdoba durante el mes de septiembre han demostrado la vulnerabilidad de la región ante desastres ambientales de gran escala.

El impacto ha sido significativo, tanto en términos ambientales como socioeconómicos. Y según el Servicio Meteorológico Nacional, el peligro de nuevos incendios continúa siendo “extremo” (el mayor valor posible) por lo que toda la zona continúa en alerta.

Se trata de un problema de larga data, que -con mayor o menor magnitud- se repite año a año lo que pone de manifiesto que resulta necesario incrementar las políticas de prevención, pre supresión, combate y supresión de incendios, toda vez que las que se han implementado a la fecha resultarían insuficientes.

Para mitigar futuros riesgos, se realizan, prima facie, algunas propuestas:

Fortalecer la Coordinación Interinstitucional:

Mejorar la comunicación y coordinación entre los distintos niveles de gobierno y las agencias de emergencia resulta crucial para una respuesta más efectiva.

Implementar Medidas de Recuperación Económica:

Es necesario desarrollar programas de apoyo para las comunidades afectadas, especialmente en sectores como el turismo y los productores locales, quienes fueron severamente afectados.

Sanciones severas a los responsables:

Continuar con las investigaciones para sancionar a quienes provocaron incendios intencionalmente.

Incluir los incendios forestales y rurales como delito penal.

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