“Pasé días horribles, todos me miraban como si fuera un asesino”. Esas palabras expresadas con dolor son de Pablo Ventura, el joven remero que fue detenido tras el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell y liberado cuatro días después por falta de pruebas, quien aseguró que aún desconoce cuál de los 10 rugbiers involucrados en el crimen fue el que lo involucró en el hecho
En diálogo con Télam desde Zárate, donde vive con su familia, Ventura (22) expresó que si bien ahora se encuentra “bien”, le “llevó tiempo recuperarse” del dolor por haber permanecido cuatro días detenido tras haber sido mencionado insólitamente por alguno de los imputados, aparentemente con la intención de despegarse del homicidio.
“Hoy en día estoy bien, me llevó tiempo recuperarme. El recuerdo siempre queda, es todo muy loco porque estás tranquilo en tu casa, te nombran y te vienen a buscar”, dijo el joven remero.
Ventura recordó cómo fueron los momentos en los que la policía llegó a su casa en horas del mediodía de aquel 18 de enero y lo trasladaron a la sede policial de Campana.
“Me dijeron que solo tenía que ir testificar a Campana, recién ahí me dicen que debían llevarme a Villa Gesell. Yo no sabía nada de lo que había pasado. Al llegar allá, me dicen que me acusaban de asesinato. Fue una situación horrible”, recordó.
El joven fue trasladado en patrullero a la localidad balnearia y estuvo cuatro días detenido en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), en una celda “totalmente solo”.
“El primer día fue horrible, todos me miraban como si yo fuera el asesino”, expresó.
El remero señaló que solo “conocía de vista” a los rugbiers implicados en el asesinato de Báez Sosa, pero que nunca había hablado con ninguno y que tampoco se cruzó con ellos mientras estuvo detenido.
«El momento más duro de mi vida fue cuando recibí la noticia de su muerte», dijo la mamá de Fernando
A un año de ser vinculado como partícipe del crimen de Fernando, Ventura aún no sabe quién de todos los jóvenes lo mencionó para vincularlo al hecho.
“Hasta hoy no se sabe quién me nombró. Por suerte se logró llegar a la verdad”, afirmó.
El joven fue liberado y sobreseído de la causa a los pocos días por decisión del juez de Garantías, David Mancinelli, tras comprobarse que no había salido de Zárate en la noche del hecho.
Con respecto a la familia Báez Sosa, el joven dijo que intentó comunicarse cuando realizaron el primer pedido de justicia en el Congreso de la Nación y que solo intercambió algunos mensajes vía redes sociales con Julieta, novia de Fernando, a quien le dijo que se ponía a su disposición para lo que necesitara.
Ventura forma parte del equipo de remo del Club Náutico Zárate, donde entrena todos los días.
Durante el año pasado, producto de la pandemia, no pudo competir pero aseguró que espera este año poder hacerlo.
“La pandemia también me puso mal. Por suerte no necesité ir al psicólogo. Me llevó dos o tres meses recuperarme. Sentía angustia, tristeza, no me sentía bien”, sostuvo.
En tanto, el joven se sinceró al decir que “es horrible recordar el momento” que le tocó vivir y que en la ciudad de Zárate “a veces se habla” lo que sucedió con jóvenes oriundos de allí.
Para finalizar, Ventura se sumó al pedido de Justicia por Fernando, al cumplirse un año de su asesinato.