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La triste noche de los “ Bastones Largos”

29/07/2020 17:57
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Este 29 de julio recordamos aquella fatídica noche en la cual las fuerzas armadas del régimen de facto de Onganía desalojaron cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires, las cuales estaban ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, quienes se oponían a la decisión de la dictadura militar.

Especial Redacción Jornada

En junio de 1966 Onganía derrocó el gobierno democrático de Arturo Illia, y con esto se pretendía terminar la autonomía universitaria. Aquella noche las fuerzas armadas ingresaron a las facultades con el objetivo de intervenir la UBA y anular su régimen de gobierno. La represión fue violenta, sobre todo en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Filosofía y Letras. Lo que se buscaba en esta intervención era acomodar los contenidos de la enseñanza universitaria y la investigación científica para colocarlos al servicio de los intereses de turno.

Este repudiable episodio fue el comienzo de la decadencia académica y cultural de la Universidad en nuestro país, y de la “fuga de cerebros”, ya que gran cantidad de prestigiosos académicos e investigadores fueron cesanteados, renunciaron a sus cátedras o abandonaron el país. En total emigraron 301 profesores de la UBA, de los cuales 215 eran científicos.

Al ex presidente Arturo Illia se lo recuerda por muchos motivos. El más importante debería ser que salió de la presidencia más pobre de lo que entró

El otro motivo fundamental para recordarlo siempre fue su impecable gestión de gobierno que en tres hechos marca porque el poder económico multinacional y los aliados traidores de la patria decidieron derrocarlo.

El primero de esos argumentos es el que dice que luego de una amplia amnistía política, el 15 de noviembre de 1963, Illia firmó los decretos 744 y 745, que derogaron los contratos petroleros, declarados “nulos, de nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación”. Al recordar aquella decisión, Illia aseguró que en una tensa conversación privada respondió al subsecretario de Estado norteamericano, Averel Arriman, enviado por el presidente Kennedy, cuando lo amenazó con la suspensión de la ayuda económica al país: “Creo que es un error del gobierno de Estados Unidos…La actitud del gobierno argentino es irreversible … No tenemos más nada que conversar, hemos terminado la entrevista”. Los contratos habían sido otorgados por decreto y por decreto fueron anulados…

Otro factor inolvidable de su gestión fue el que ocurrió el 15 de enero de 1964 cuando el Parlamento consideró su proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de los medicamentos. En su articulado se facultaba al Poder Ejecutivo para la regulación de los precios ya que, por estar la venta de medicamentos condicionada por las necesidades de la población, su proceso económico escapaba a la ley de la oferta y la demanda, de la libre competencia y de la libertad contractual.

A pesar de las presiones internacionales la ley fue aprobada.

El tercer motivo incomparable fue que destinó el 23% del presupuesto nacional a la educación (la mayor cifra en la historia del país).

Es bueno que lo Argentinos tengamos memoria y sobre todo que los jóvenes conozcan “La Noche de los Bastones Largos” como se denominó a esa brutal represión en referencia a  las armas que portaban los policías. Quienes tenían orden estricta de reprimir con dureza y “a bastonazos” a quienes se resistieran a desalojar las cinco facultades que estaban tomadas en la UBA., y que también sepan de a hombres como Don Arturo que dieron su vida por ser un símbolo de la recuperación democrática, de la formación de la conciencia nacional, la preservación del patrimonio común de la Nación y fundamentalmente la decencia política, tan necesaria en estos momentos.

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