Este domingo tuvo lugar una nueva gala de eliminación en MasterChef. “Nos espera una gran noche”, anunció Wanda Nara, conductora del ciclo de Telefe. Luego, los tres miembros del jurado, Damián Betular, Donato De Santis y Germán Martitegui, anunciaron el desafío del día.
En cada isla, los concursantes tenían una “caja misteriosa” que contenía una caja vacía, como para llenar de alguna preparación. “Debajo de esta campana está la respuesta”, dijo Germán.
“Es característica de un cierto tipo de cocina”, dijo Donato. Finalmente, lo que tenían que preparar era una nueve mini tarteletas de masa quebrada con curd de naranja y merengue suizo.
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“Manos arriba”, dijo la conductora. Y cada uno de los participantes pasó al frente a llevar su preparación y escuchar la devolución del jurado.
Wanda Nara llamó al coordinador de media a que lleve su preparación al frente para que sea degustada, lamentablemente para Nacho, ese fue el único buen momento que tuvo ante Damián Betular, Germán Martitegui y Donato de Santis.
“La masa está muy gruesa y no está crocante. Tampoco está húmeda, es raro... El merengue parece más un glacé. Ni hablar de lo estético”, remarcó Damián Betular cuando probó el plato y empezó a enumerar los errores del plato. Por su parte, Donato de Santis fue tajante y aseguró que había muy poco para que rescatar de la presentación.
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Nacho agradeció las palabras de los chefs, dijo que nunca imaginó poder entregarles su comida a ellos y bromeó con que quiere que lo recuerden con un plato de pasta, dada la gran cantidad de veces que preparó ese tipo de comida en MasterChef Argentina.
"Me voy con una prueba difícil. Me hubiese dado bronca si me iba con algo que ya conocía o con lo que estaba cómodo, pero hoy di lo mejor de mí. Para mí alcanzó, pero no para la competencia. Me voy bien y contento. Tengo un tatuaje que dice sé tu mismo y creo que eso fui hoy. Me voy con mucha alegría"
Fuente: Infobae