“A esta hora exactamente hay un niño en la calle”, frase inmortalizada por Mercedes Sosa y nacida de la creatividad del inolvidable Armando Tejada Gómez marca la triste realidad de miles de niños. En Godoy Cruz un grupo de personas en una enorme tarea solidaria trabajan para hacerles un poco menos difícil la vida.
Todos detrás de la memoria de Viviana “LA Doga” Corso. Esa mujer que trabajó intensamente para darles un poco de alimento para el cuerpo y para el alma.
Ella nos dejó, pero los más cercanos a ella conocedores de su voluntad y su deseo siguieron el camino por ella marcado y siguen trabajando, a pesar de las carencias y dificultades, para que esos muchachos tengan una chance a través del boxeo.
Enclavado en las entrañas mismas de populosas barriadas de Godoy Cruz y en un pequeño garaje convertido a veces en comedor, a veces en ring crecen en busca de una esperanza. Es más, allá a comienzos del 2021 un reconocimiento por parte de la Cámara de Diputados por su compromiso y labor solidaria.
Viviana no pudo avanzar en su carrera por un accidente de tránsito que le provocó lesiones que la dejaron fuera de competencia. Pero su lucha abrió otros caminos y, así en su humilde gimnasio trabajó para alejar a los chicos de los peligros de la calle. Finalmente, perdió ante una larga enfermedad. Su familia tomó el reto y siguió con su tarea.
Así sigue trabajando el comedor Tía Doga y una de las responsables de su funcionamiento es Mirta Sombra con quien en “Juntos de mañana”, el matinal de radio Jornada (FM 91.9) conversamos y le pedimos que nos contará detalles de la tarea solidaria.
“Todo comenzó después del fallecimiento de mi cuñada. Ella tenía su escuelita de boxeo y el comedor y entonces nosotros empezamos a darle una mano a mi hermano y decidimos seguir adelante con el comedor y la escuelita de boxeo. Se les da las viandas a las familias que asisten al comedor, alrededor de 200 personas, en la semana. Además, de lunes a viernes funciona la escuelita de boxeo para darle a los chicos una contención. No teníamos lugar físico así que le armamos un espacio en el garaje y en este momento vienen alrededor de 20 chicos y cada día se siguen sumando. Muchos llegan a veces por la necesidad de tomar una taza de leche y se quedan y aprenden y tienen disciplina y, sobre todo se los saca de la calle”, nos cuenta Mirta muy entusiasmada con la tarea que realizan.
Le consultamos sobre las dificultades que afrontan para poder hacer todo, dar de comer y entrenar en medio de la fuerte crisis que atraviesa el país y nos dijo “en realidad por ahora hay una sola persona que siempre está presente, colaborando que es Carlos Galisteo que nos da mercadería, siempre llega con alguna donación y gracias a él estamos solventado un poco la parte del comedor. En el deporte nos hace falta todo, tenemos un par de guantes que están un poquito en condiciones, pero igual los chicos siguen entrenando y siempre hay una mano solidaria que se arrima con alguna ayuda”, afirmó.
“No solo tenemos la meta de sacarlos de la calle, sino que también ellos tengan un futuro, ayudarlos. Nosotros estamos adheridos a la Federación Sureste, los chicos participan, suben al ring, están en competencia lo que para ellos es muy importante. Un poco van en colectivo, a otros los llevamos, pero siempre están ahí, quieren participar, para algunos son cosas nuevas y por ese lado también los vamos motivando para que no se cansen de tanto entrenar”, nos explicó.
El desafío es enorme, pero, la satisfacción de ver cómo crece la ilusión en esos chicos que encuentran en su vida una razón de ser es impagable nos dice Mirta. Y eso les da fuerza para seguir. Hacen faltas voluntades, manos que ayuden y mercaderías, y elementos deportivos, y ganas de ser solidarios y donar lo que se pueda. Por eso Mirta nos dice que el comedor queda en el tercer barrio gas manzana A casa 28 entre Salta y Aguaribay. También se anima a darnos su número de celular, 261 6606196, con la enorme esperanza de que la ayuda comience a llegar.