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A la UNCuyo no le sobra plata: así administra en tiempos de crisis

La universidad nacional -que cubre toda Mendoza- reorientó sus prioridades ante el fuerte ajuste practicado por la gestión de Javier Milei. Sus cuentas no están en rojo. Invierte recursos con suma cautela con la mirada puesta en el Presupuesto 2025

Redacción
29/09/2024 11:53
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La Universidad Nacional de Cuyo, UNCuyo, hoy se encuentra enfocada en el Presupuesto 2025 luego de que en diciembre de 2023 encarara 2024 con presupuesto reconducido, utilizando una réplica del año anterior. “Con el agravante que fue calculado con números de noviembre de 2022. Sin contar la inflación de 2023 y todo lo que viene sucediento en 2024″, admitió Estefanía Villarruel, Secretaria General de la UNCUYO.

En las últimas horas, y por decisión unánime, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo decidió adherir a la movilización en defensa de la educación pública y del sistema científico y universitario público argentino, que se realizará el miércoles 2 de octubre en todas las universidades del país.

La rectora Esther Sanchez, acompañada por el vicerrector Gabriel Fidel y los consejeros superiores, comunicó los detalles de la marcha federal convocada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el frente sindical de docentes y no docentes y la Federación Universitaria Argentina que agrupa a los estudiantes.

Respecto a la administración general de los recursos que maneja, la contadora Villarruel reconoció que si bien la casa de altos estudios, en diciembre de 2023, tenía dinero para afrontar 2024, con el brutal ajuste de Javier Milei, la institución elevó su voz ante el salto que dieron las tarifas de los servicios públicos “en un 600 por ciento“. También que en los últimos días de agosto -de 2024- se aprobó la distribución 607 millones pesos que -sumado a un monto anterior de 506 millones- le permitió acumlar 1.113 millones que fueron redistribuidos en distintas unidades académicas, según necesidades y prioridades. Fueron fondos transferidos por Nación para sueldos que no fueron pagados debido a cargos no ocupados.

Esa cifra es real y la acción que se tomó es por una ordenanza del Consejo Superior. No es algo que andamos escondiendo. Esos fondos se generan por la no ejecución de los cargos vacantes”, dijo ante la sospecha infundada que trascendió por un probable manejo discrecional y contemplando el reclamo que derivó en la marcha universitaria nacional del 23 de abril de 2024.

Los procesos de concurso no son de dos semanas. Duran más tiempo. Pueden tener en el medio recursos. Pueden darse un montón de situaciones pero nunca menos de unos seis meses”, explicó sobre los cargos que no se cubrieron y por lo tanto no derivaron en sueldos pagados.

Entonces es razonable que tengamos sobrantes porque los cargos se han estado concursando con tiempo. Porque a veces no es necesario generar nuevas necesidades. Si nosotros tuviésemos todos los cargos ocupados no tendríamos la posibilidad de generar otras posibilidades de cursado. Por ejemplo de poder generar ofertas de educación a distancia“, explicó.

Y añadió: “Porque estamos trabajando algunas carreras que además de ser presenciales también se puedan ofrecer a distancia. Para nosotros sería mucho más conveniente presentar una plana ejecutada al cien por ciento. Pero tenemos procesos de concursos que aprueba el Consejo Superior, por resoluciones que son públicas, que se pueden observar en el Boletín Oficial. Pero lo que pasa es que no se cubren de un día para el otro. Requieren de un proceso normativo y administrativo que demora y por eso es que se generan esos fondos en función de las vacantes“.

“Si nosotros tenemos 20 cargos que no están siendo ocupados porque todavía no se vio la necesidad de llamar a concurso se recibe la plata que estaba presupuestada y calculada a noviembre de 2022. No recibe ajustes ni las actualizaciones de 2023 ni las acreditaciones que tengamos desde ese momento a la fecha. Normalmente el Consejo Superior cada 15 días aprueba concursos y se emiten las resoluciones de llamados. Todo eso va dependiendo del movimiento que van teniendo los claustros porque hay gente que se jubila, que renuncia, que cambia de cargos, entre otros asuntos”, apuntó.

Sobre la afirmación de que a la UNCuyo maneja “sobrantes” de dinero, confirmó: “Es que no tenemos plata. Porque si hiciéramos el análisis sobre la cantidad de dinero que trascendió públicamente representan simplemente a tres boletas de luz pagadas. Nosotros generamos los mecanismos para poder subsistir por fuera de lo que nos manda el Gobierno Nacional. El Gobierno Nacional para pagar todos los servicios nos ha enviado, en el mes de junio, unos 25 millones de pesos. Y nosotros solo pagamos 205 de energía. El defasaje es muy grande. Si nosotros no tuviéramos todos estos mecanismos con el presupuesto, no llegaríamos a ningún lado”.

“Por eso, cuando ponen en tela de juicio la forma en la que nos manejamos financieramente, hay que tener en cuenta que quien hace eso no considera todos los mecanismos que utiliza la universidad para que no se nos caigan los chicos. No es cuestión de que nos sobra la plata y ahora va a ser redistribuida y va a ser invertida en cualquier cosa. Los decanos y las decanas pueden responder claramente donde vuelcan ese dinero que les toca de esos 607 millones. Porque les llega plata a cada facultad y es lo que se aprobó en el Consejo Superior. Un 60 por ciento de esos 607 millones van a unidades académicas”, señaló.

El Fondo de las Economías de la UNCuyo, “está compuesto, por una parte, por el monto de 607 millones que corresponde a tres meses de cargos no liquidados. Pero son cargos que están presupuestados con un sueldo básico o una remuneración básica a noviembre de 2022. Eso quiere decir que no son los básicos de hoy. Nosotros a las Economías las distribuimos por trimestres. Esta normativa está vigente hace más de 20 años. Es usual. No es la primera vez que a la universidad no le envían el presupuesto para funcionar. Esto ha sucedido con todos los gobiernos porque mandan fondos, pero no necesariamente lo que se necesita para todo su funcionamiento“.

“A las Economías las distribuimos cuatro veces al año y se agrupan por trimestres. Entonces estos 607 millones corresponden a los meses de abril, mayo y junio de 2024. Son tres meses acumulados de toda la universidad. Ese monto es dinero que nos va llegando de la política salarial que está incluida en el presupuesto que se aprobó en 2022, para 2023. Nosotros informamos a Nación cuántos cargos tenemos y después cuántos hemos liquidado“, apuntó.

Villarruel aseguró que, “Nación sabe todo. Cuántos cargos tenemos liquidados y cuántos no. Informamos la parte salarial frecuentemente porque eso arrojan datos que son dinámicos, que no son estáticos. Por ejemplo, ahora el Consejo Superior conforma el llamado a concurso de 20 cargos, aprueba 10 designaciones. Algo similar hizo hace algunas semanas atrás. En el medio de esas tareas tenemos jubilaciones. Y también hay situaciones que ocurren en las unidades académicas en trámites internos que luego llegan a nosotros, por lo que no es algo que se pueda divulgar específicamente con un número exacto de tantas personas”.

Por ejemplo, hay docentes que tienen más de un cargo. Tenemos dedicaciones de 10, 20 o 40 horas. Por lo tanto, es un poco más complejo, por lo que no es lineal poder analizar. Además, están los dineros por 506 millones que corresponden a las Economías de enero, febrero y marzo de 2024. Esto es lo último que se aprobó y que resulta en la cifra de 1.113 millones en estos primeros seis meses del presente año”, dijo.

Recordó que, “nosotros no hemos tenido novedades por reconocimiento por inflación hasta abril, mayo y después, con la marcha universitaria y el reconocimiento de la UBA (Universidad de Buenos Aires) permitió que el sistema se quejara. Y pudiésemos tener a partir del 270 por ciento, distribuido en siete cuotas, el reconocimiento del Gobierno Nacional en concepto de ajuste por inflación. No es que nos han dado más presupuesto, sino que han reconocido el tema inflacionario. El reconocimiento fue a partir de junio, después de la marcha”.

“En enero pasado pagamos por gastos en electricidad en toda la universidad, no solamente por el campus en el Parque General San Martín, ya que tenemos a Ciencias Agrarias, a los ITUs, a todos nuestros colegios secundarios y a las sedes en San Rafael, 54 millones de pesos. En junio, por el mismo concepto pagamos 205 millones. Y eso que hemos bajado el consumo habiendo realizado recontrataciones de potencia con Edemsa con el fin de consumir menos energía. Ahora, teniendo en cuenta a los meses de abril, mayo y junio, con los 607 millones y a estos 205 millones por mes, no nos alcanza ese fondo solamente considerando los gastos por los consumos en energía”, detalló.

Por eso, si no tuvieran esa otra pata respaldatoria, “que la generamos nosotros mismos, la historia sería mucho más complicada. Además de los costos de electricidad están los del consumo de agua, telefonía e internet, gastos como las licencias de Microsoft, para que podamos trabajar en línea, y después se suman tasas y otros impuestos. En agua tenemos un gasto de 13 millones en junio. En enero en gas gastamos 3.6 millones cuando aún no se había producido el primer salto tarifario. Ya hemos tenido un 600 por ciento en el salto de las tarifas, no un 20, y con un presupuesto de 2022″.

“Por eso es debimos realizar toda una ingeniería de herramientas para poder solventar el funcionamiento de la universidad. Y parte de estas herramientas está basada en la utilización de estas Economías que esta vez las hemos enfocado fuertemente en servicios. Porque la novedad del 270, por ciento fue en junio, pero hasta esa fecha no teníamos idea de lo que iba a suceder y debimos resolver algunos problemas para no cerrar. El monto de los días de paro -unos 14 millones- va aparte porque eso específicamente se vuelca en los colegios que trabaja la DIGES (Dirección de General Educación Secundaria). Ese monto aún no está fijado porque la DIGES releva con otros tiempos”, señaló.

Volviendo a las Economías, “una parte se distribuye, va las unidades académicas que les sirve y mucho para poder llevar el día a día y si bien hay algunas que no tienen trabajos en laboratorio tenemos otras que sí tienen esos tipos de actividades. Y utilizan insumos que son importados. Si nosotros pretendemos que los chicos que estudian enología, los que cursan ciencias médicas, o los que estudian carreras vinculadas a industrias u otras que también tienen trabajos en laboratorio, comprar sus reactivos no cuestan dos pesos con cincuenta. Si se rompe algún instrumental es muy caro. Tenemos que brindarles a los chicos los elementos para que estudien porque ellos no tienen dinero para adquirir sus propios reactivos“.

“Nosotros no apuntamos a un estudiantado que sea millonario, que tenga la vida resuelta y pueda comprar sus elementos costosos. Tenemos la obligación de brindarles la educación que les permita tener igualdad de oportunidades respecto a sus otros compañeros. No es solamente el pago de los servicios. Tenemos que velar que los estudiantes tengan los insumos necesarios, como que tengan una silla para tomar una clase. Que las facultades tengan la plata para poder cambiar los focos. Parece una pavada, pero son unidades académicas muy grandes, porque en las facultades, en cada una de ellas, habitan entre tres mil y cinco mil estudiantes“, manifestó.

Actualmente el total del alumnado en la UNCuyo son unos 50 mil estudiantes, incluyendo a los colegios secundarios.

“Hoy financieramente estamos bien. Estamos ordenados. Nunca hemos tenido un problema financiero. Con un rojo que no podemos atender. Eso ha sido mérito de la Secretaría de Gestión Económica y de Servicios y de la parte presupuestaria, donde además fueron muy prudentes. Porque cuando uno está en un organismo público, administra dinero que no es suyo. Es plata de la sociedad que nos confiaron para que la universidad provea profesionales que permita que exista el acceso social en la familia y que las sociedades mejoren. Y puedan tener una mejor calidad de vida, mejor calidad de servicio, entre otros asuntos caros para la población”, aseguró.

Y añadió: “Pero en estas situaciones hay que ser aún más prudentes. A principio de año, con el panorama de incertidumbre, dijimos que íbamos a enfocarnos en dos grandes objetivos: pagar los servicios cuyos costos crecieron muchísimo y sostener el sistema de becas porque necesitábamos que los chicos siguieran llegando a las aulas. Con becas de comedor, de transporte, de ayuda económica, siempre con el aporte de las trabajadoras sociales que realizan estudios de las familias, en casos de chicos que están en situaciones muy vulnerables”.

Admitió que, “sí es cierto que nosotros tenemos que revisar algunos asuntos y eso es una constante en el discurso de la rectora -Esther Sánchez-, no solamente hacia afuera sino hacia adentro, que hay que ser autocríticos en los planes de estudio, en las dedicaciones horarias. Lo cierto es que, por ejemplo, en Ciencias Económicas teníamos cátedras para estudiantes que trabajaban y los hacíamos venir una sola vez a la semana y arrancábamos a partir de las 19 hasta las 22 y venían solo 10 chicos. Sin embargo, vimos que muy pocos elegían ese horario porque llegaban muy cansados“.

“También observamos que muchos micros desde las 21 comenzaban a achicar frecuencias. Respecto a los que vivían en el Este, la situación era más complicada por los trayectos que eran larguísimos. Entonces analizamos que la universidad debe tener la capacidad de poder mantener la oferta educativa para quien trabaja y para quien no. Del que tiene más complicaciones o quien tiene menos. Ese es un trabajo de hormiga que está haciendo la Secretaría Académica, facultad por facultad. Para ese trabajo hemos tomado una carrera por unidad académica, con el fin de obtener resultados. Y dentro de cada carrera, cátedras específicas que pueden ser las que más complicaciones les genera a los chicos. Vimos que si queríamos abarcar mucho no los íbamos a conseguir. Básicamente, para que los estudiantes no demoraran tanto en recibirse“, explicó.

Ahora con este reconocimiento de refuerzo de un 270 por ciento la secretaría no solamente aumentó los montos de las becas sino también la cantidad: “Hoy tenemos más de mil becas más que se suman a las casi dos mil que ya teníamos“.

“Pero nuestra mayor preocupación hoy es el Presupuesto 2025 más allá de la mentada Ley de Financiamiento Educativo. Eso es lo que nos tiene más preocupados. Por eso es que la rectora hizo la reunión con todos los legisladores nacionales que representan a Mendoza en el Congreso Nacional. La UNCuyo es la única universidad que cubre a todo el territorio provincial. En cambio la UTN no porque solamente está en la Ciudad de Mendoza. Y mientras Mendoza posee a dos universidades nacionales San Luis tiene tres. Todo tiene un impacto porque además atendemos a estudiantes de Neuquén, de San Luis, de Córdoba o de San Juan, que son enormemente bien recibidos. Este año no hubo presupuesto. Por eso es que se denomina presupuesto reconducido. Se usó una réplica del año anterior, con el agravante que fue calculado con números de noviembre de 2022. Sin contar la inflación de 2023 y todo lo que viene sucediento en 2024″, cerró.

 

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