Patricia Bullrich decidió hablar luego de que una de las secretarias de Gerardo Milman, ex mano derecha de la dirigente del PRO, declarara en la Justicia que había borrado fotos íntimas de su teléfono. El dato que llamó la atención es que Ivana Bohdziewicz contó que todo este procedimiento se hizo una oficina de la precandidata a presidenta y que participaron también Milman y un perito.
Ante esto, primero Cristina Kirchner y luego Alberto Fernández se sumaron a la denuncia contra Bullrich y la ex ministra de Seguridad salió a contestarles: “Ya no saben que inventar frente al total y absoluto fracaso de su patético cogobierno. Conmigo, El 10 de diciembre el kirchnerismo se acaba”, publicó la titular del PRO.
Esta mañana, el Presidente afirmó sentirse “impresionado” con lo que se conoció y argumentó: “Que en el despacho de una dirigente como presidenta del PRO se cite a una persona para pedirle el teléfono y borrar su contenido por temor a que pueda verse en la Justicia me parece algo vergonzoso. Es algo definitivamente imperdonable en términos institucionales, con todas las letras”.
Tanto Cristina Kirchner como el jefe de Estado salieron rápidamente a hacerse eco de la noticia porque avalan la hipótesis de que los celulares de las asesoras de Milman y testigos en la causa debieron haberse secuestrado en un primer momento, cuando surgieron las primeras sospechas sobre el rol del diputado nacional.
Te puede interesar
Estos reclamos derivaron en los insistentes pedidos de recusación contra la jueza María Eugenia Capuchetti. Además, instala el nombre de Bullrich en el expediente, una de las dirigentes que, como se encargar de resaltar siempre en el Frente de Todos, no se solidarizó con Cristina Kirchner tras el atentado.