

Un reporte al número de emergencia 911 por parte de residentes de Guaymallén alertó a las autoridades sobre la presencia de un mono cautivo en la zona. La Policía de Mendoza actuó de inmediato, rastreando la posible ubicación del ejemplar. Tras localizar la vivienda en cuestión, los agentes procedieron a entrevistar a los propietarios con la colaboración de la Policía Rural.
Los efectivos confirmaron la presencia de un mono ardilla boliviano (Saimiri boliviensis) en el patio de la residencia, el cual estaba sujeto con una cuerda desde la cintura hasta una estructura del lugar. La situación fue reportada a las autoridades judiciales, al Ministerio de Energía y Ambiente, así como al Departamento de Fauna Silvestre.
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El personal especializado en fauna procedió al rescate del animal, que necesitó atención veterinaria en la Fundación Cullunche debido a las secuelas de haber estado amarrado y al estrés ocasionado por el viaje desde Bolivia, donde presumiblemente fue traficado. Según la investigación realizada por la Fiscalía a cargo del caso, el mono fue contrabandeado en un largo viaje en colectivo.
La captura, tenencia ilegal y comercialización de fauna están penadas por la legislación, como también la destrucción de sus hábitats. El presunto infractor podría quedar a disposición de la Justicia y podrá ser reprimido con penas de prisión. Las multas por cometer este tipo de delitos van aproximadamente desde $30.000 a más de $4.470.000 por ejemplar de la fauna afectado, dependiendo la gravedad del hecho