La fiscalía que investiga el crimen de Jorge Bravo (51) en Godoy Cruz, cuyo cuerpo fue encontrado enterrado en su casa del barrio Covimet, decidió imputar a los dos sospechosos.
Se trata del hermano de la víctima, Juan Felipe Bravo (61) y su pareja Patricia Viviana Jaime (46), quienes fueron imputados por el fiscal de Homicidios Carlos Torres por el delito de homicidio agravado por la codicia y por alevosía.
Para la Justicia Juan Felipe mató a su hermano menor para quedarse con una propiedad que habían heredado de sus padres. Además, por heridas, se determinó que la víctima fue atacada por la espalda (probablemente mientras dormía).
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Juan Felipe Bravo habría confesado el crimen de manera extraoficial cuando fue detenido. Sin embargo tras conocer su imputación decidió no declarar, por lo que su relato no tiene validez legal. El mismo camino tomó su pareja, y ahora ambos arriesga la pena de prisión perpetua.
Jorge Bravo no era visto desde el pasado lunes 18 de octubre. Al notar la ausencia del hombre, y ante las declaraciones de su hermano (que decía que se había ido a vivir a otro lado), el jueves decidieron hacer la denuncia por averiguación de paradero.
Un día después, el viernes, un llamado al 911 alertó sobre un humo extraño que salía del patio de la casa de Jorge. Cuando los policías llegaron al lugar detectaron tierra removida en un sector del patio y al excavar encontraron el cuerpo de la víctima.