La actriz y vedette Camila Perissé, una de las más significativas representantes del destape de la década de los 80 y con un importante recorrido en cine, TV y teatro, falleció este martes a los 70 años en un hospital marplatense como consecuencia de una afección respiratoria, la última dolencia de una serie de problemas de salud que la aquejaron en los últimos años. La noticia fue confirmada en las redes de la Asociación Argentina de Actores.
Perissé se llamaba en realidad Camila Porro, aunque había elegido el apellido materno para su actividad artística, que abarcó el teatro, series de televisión y películas, a través de los cuales y gracias a una belleza desafiante se transformó en un “sex-symbol” del país durante los 80.
La extinta edición local de la revista Playboy la tuvo en sus tapas y páginas interiores varias veces, a partir del famoso desnudo que protagonizó en “La señorita de Tacna”, una obra de Mario Vargas Llosa que dirigió Emilio Alfaro en el teatro Blanca Podestá, con Norma Aleandro al frente del elenco.
Corría 1981 y si bien la dictadura cívico-militar parecía haber superado su sanguinaria faena de 1976 a 1978, había que animarse a un desnudo total en épocas de censura impenetrable, por más que en el elenco figuraran nombres como los de Franklin Caicedo, Adriana Aizemberg, Leal Rey, Rubén Stella, Camila Perissé y Patricio Contreras.
A partir de entonces el nombre de Camila Perissé convocaba el morbo y la actriz era perseguida sin tregua por el periodismo farandulero, tanto en Buenos Aires como en Mar del Plata, donde la obra se montó durante la temporada veraniega.
Sobre tablas
Estudió con el joven y ascendente Julio Ordano, con Carlos Gandolfo y con la maestra vienesa Hedy Crilla, quien antes de refugiarse del nazismo en la Argentina se había codeado en Europa con figuras como Bertolt Brecht, el director y coreógrafo Max Reinhardt y el dramaturgo y guionista Carl Zuckmayer.
En teatro se animó a todo: desde secundar a Rudy Chernicoff en “Yo, argentino”, participar como vedette o media vedette en las revistas “Zulma en el Tabarís”, con Zulma Faiad; “La revista del Mundial”, con Joe Rígoli; “El Maipo es el Maipo y Gasalla es Gasalla”, con Gasalla, Enrique Pinti y Claudia Lapacó; o hacer comedia en “Amores míos”, con Thelma Biral, Raúl Aubel y Víctor Hugo Vieyra.
Hasta que llegó “La señorita de Tacna” y su fama y su cotización subieron de golpe; fue contratada para compartir cartel con Soledad Silveyra en “Íntimas amigas”, y con Juan José Camero y Eva Franco en “Las mariposas son libres”, que en 1971 había elevado al estrellato a Susana Giménez, dirigida por José Cibrián.
En 1993 trabajó en otra obra de Vargas Llosa, “Pantaleón y las visitadoras”, dirigida por Hugo Urquijo, que le valió integrar una terna como mejor actriz en los Premios ACE. Después de eso su carrera teatral se fue dispersando y Camila hizo teatro callejero en Nueva York (1998 y 2000), se presentó en pequeñas salas de provincias, trabajó para grupos de jubilados y geriátricos y su último trabajo registrado fue en 2013, con “Maté un tipo”, de Daniel Dalmaroni, en el auditorio Cendas.
En la pantalla grande sirvió como anzuelo visual en películas como “Fotógrafo de señoras” (1978), con Jorge Porcel, “Mi mujer no es mi señora” (1978), con Alberto Olmedo, “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo” (1978), para ambos cómicos; la infantil “Los superagentes no se rompen” (1979), dirigida por Julio De Grazia; y “Te rompo el rating” (1981), otra vez con Porcel.
Los últimos años de Perissé estuvieron signados por distintos problemas de salud desde que fue diagnosticada con fibromialgia en 2018, por la que le recetaron una medicación que le dejó como secuela un grave daño cognitivo. Durante la pandemia fue internada en varias oportunidades por Covid-19, y desde entonces su estado de salud era muy frágil.