¡Cruzada, hostias; qué inútil soy!”, se quejó Carlitos tras fallar un drive paralelo, molesto también por el grosor de las bolas debido a la humedad. “Van sin peso”. El colmo fue que Dimitrov se apuntó el primer set con un revesón a contrapié que no vio venir el murciano. “¡Anímate!”. “¡Tírale alto, tírale alto!”, le insiste desde la esquina Ferrero, pero esta vez la reacción de Carlitos es tardía e insuficiente. Para cuando se produce, ya está obcecado. Como la mayor parte del partido. Dimitrov vuelve a meter un punto inverosímil y Alcaraz comete un error no forzado en el siguiente punto. Ahí, el murciano explota consigo mismo. “No puedo hacer esa mierda. No puedo. Tengo que centrarme de una vez...” exclamó visiblemente frustrado.
No fue la única ocasión en la que Alcaraz perdió los papeles. En el primer set se le escapó otro exabrupto tras tirar una derecha al pasillo de dobles. Dimitrov se había colado en su mente. En el juego de Alcaraz no hubo nada rescatable, ni el servicio, ni su derecha, ni mucho menos su resto. Agobiado por la alta velocidad de la pista y por el peso de las bolas -distintas a las del Masters 1000 de Indian Wells-, se sumergió muy pronto en un mar de dudas y no supo salir a flote. Alcaraz se desvaneció. El número dos del mundo, inmerso en un marzo de ensueño después de su título en Indian Wells y su brillante inicio en Miami, dudó y las dudas le devoraron.
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No puedo seguir con esta mierda, no puedo seguir haciendo esto”, reniega tras perder un punto que empezó con buen criterio pero ganado por el búlgaro. La frustración es tal que se le escapa incluso alguna leve patada a la pelota antes de sacar. No obstante, una vez acabado el partido, Alcaraz expresa al detalle sus sentimientos dentro de la pista. “Creo que jugué un buen tenis. No perfecto pero sí bueno. Fueron muchas frustraciones, me hizo sentir como si tuviera 13 años. Fue una locura. Estaba hablando con mi equipo diciendo que no sé que tengo que hacer, cuál es su debilidad. No sabía nada. Por eso me siento ahora mismo frustrado”.
Derrota, pero buenas sensaciones
Excepto el partido ante Dimitrov, para olvidar, Alcaraz ha cuajado un marzo excelso con la consecución de su segundo Indian Wells y el reencuentro con su tenis. Sobre la pista se ve a un jugador mucho más sólido, concentrado y completo que la versión con la que se despidió el año anterior. Y, así, su tenis ha vuelto a fluir con la llegada de la primavera. Después de algunos meses de dudas con su juego, a Alcaraz se le vuelve a ver muy cómodo en la pista.
“No sé si este es el mejor tenis que estoy jugando, pero es la mejor sensación. Me estoy sintiendo genial en la pista, me estoy moviendo muy bien. Creo que son las mejores sensaciones desde el verano. El título de Indian Wells fue muy importante para mí en lo personal. Gracias a ese torneo, comencé a sentirme mejor también fuera de la pista, dentro ya era obvio. Siento alegría cada día junto a mi equipo, junto a mi gente cercana”
Carlitos comenzará a preparar la gira de tierra batida cuando digiera esta derrota, la cuarta del año. Lo hace con el buen sabor de boca de haber retenido la corona en Indian Wells y haberse reencontrado consigo mismo tras una fase de dudas. Aunque con 160 puntos menos en el ranking, porque en Florida defendía las semifinales de 2023. Y si Sinner se llevara el trofeo el domingo, le quitaría el número dos del ranking. Miami, donde se ha sentido “un chaval de 13 años” en manos de Dimitrov, ya es pasado.