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El juego de ansiedad y angustia por el que se autolesionan los chicos

En países como Estados Unidos y el Reino Unido, se han documentado casos donde los menores imitan la actitud violenta del personaje y en otros, los niños presentan cuadros de ansiedad, angustia, depresión y pesadillas, entre otros traumas.

Redacción
22/09/2022 11:32
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Huggy Wuggy es un personaje de terror que forma parte del videojuego Poppy Playtime de Mob Games, donde el usuario tiene como objetivo escapar de una fábrica de juguetes abandonada y evitar su mayor obstáculo. Claro, que es Huggy Wuggy.

 

 

Este peluche gigante azul que, a medida que se avanza en los diferentes niveles, se convierte en un monstruo con dientes afilados que persigue e intenta matar al personaje principal durante todo el juego de una forma muy curiosa: abrazarlos hasta asfixiarlos. Un juego que ha encendido las alarmas en el que expertos y padres de familia consideran que éste, no es apto para menores entre los 6 y 10 años de edad, por lo que el personaje realiza actividades inapropiadas como asustar a los niños, secuestrarlos y arrancarles la cabeza.

 

 

En países como Estados Unidos y el Reino Unido, se han documentado casos donde los menores imitan la actitud violenta del personaje y en otros, los niños presentan cuadros de ansiedad, angustia, depresión y pesadillas, entre otros traumas. En España, algunos colegios les han prohibido a niños y niñas, visitar los centros comerciales con los muñecos.

Ansiedad, pesadillas y otros efectos

Huggy Wuggy representa todo el peligro para los menores que están sobreexpuestos a los contenidos marcados por el terror. De acuerdo con Carine Gómez Angulo, decana de la facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Areandina, “lo que sucedió con este muñeco es que tomaron un objeto como es un juguete de peluche que usualmente está relacionado con la ternura, el cuidado, la protección y el afecto, para transmutarlo en una figura terrorífica y amenazante. Además de usar el abrazo como símbolo para decir que esta simple acción de afecto te asfixia, lo que claramente incrementa los niveles de miedo o ansiedad en los menores, asociando nuevos temores a una figura que acompaña la infancia”.

Para la académica Gómez, los niños de corta edad no tienen la capacidad aún cognitiva ni el raciocinio suficiente para poder diferenciar que el muñeco pertenece a un entorno virtual irreal que no les va a hacer daño. “Para un niño, la figura puede ser tan impactante que puede traerla a su realidad y causarle ansiedad, terrores nocturnos, pesadillas, sueños intranquilos, terror en la oscuridad, así como pensar que sus otros peluches y figuras de cariño se puedan convertir en fuentes de terror debido a la asociación que tienen con Huggy Wuggy”.

 

 

Si bien hay niños que biológicamente, por herencia o circunstancias de crianza de sus primeros años tienen mayor potencialidad para desarrollar algún tipo de aceptación emocional relacionada con la ansiedad o la tristeza, para la decana Gómez, “la primera consecuencia con Huggy Wuggy es un miedo innecesario implantado en los menores que, al exponerlos, se hacen más frágiles y sensibles, desarrollando miedos y traumas psicológicos de manera innecesaria. Es difícil saber cuál es el nivel de sensibilidad que los niños tienen al sobreexponerse a esos contenidos marcados por la violencia o el terror, lo que puede generar efectos psicológicos permanentes. Los niños menores de 10 años no deberían conocer este tipo de videojuegos ni a Huggy Wuggy porque puede ser nocivo para su desarrollo personal”.

El abrazo, del afecto al trauma

 

 

Los abrazos son considerados muestras de afecto, amor, felicitación o como una de las diversas maneras de saludar a otras personas, una simple acción que se realiza rodeando con los brazos a la persona que se tiene en frente. Sin embargo, este acto que parece natural y común, no se refleja de la mejor manera en el videojuego, por lo que Huggy Wuggy implementa esta técnica para asfixiar al personaje principal.

Para la experta Gómez, esta acción llevada a la realidad, los niños pueden empezar a sentir temor de este acto de afecto por parte de sus padres o hermanos mayores, llegando a pensar que, si lo abrazan fuerte, también lo pueden asfixiar.

“El abrazo signfica protección y amor, pero éste, puede ser una amenaza para el menor. Niños que tengan la sensibilidad y no tengan la capacidad de desconectar el juego de la realidad, pueden empezar a sentir temor en ese sentido de sus padres y de las demás personas con altos niveles de ansiedad”, explica la experta.

 

 

Control parental y el cuidado de la salud mental y física

El principio propio de la internet es que el contenido sea abierto y asequible al igual que el contenido de las redes sociales. Si bien no es posible pedirle a la internet que adopte una postura ética que controvierta el principio de la democratización de la información, es vital que los padres presten más atención a sus hijos, tener mayor control sobre ellos y crear filtros para determinar lo que es mejor para su desarrollo.

Son múltiples los casos donde los menores resultan involucrados en retos virales que aparecen en internet o imitando cualquier acción violenta que ven en los videojuegos. En ese sentido, la decana Gómez es enfática al señalar que, “tenemos que ser padres participativos, entender que internet ofrece infoentretenimiento, pero debemos decidir hasta qué punto los menores se van a entretener. Si estamos involucrados en la crianza, evitamos que nuestros hijos corran este tipo de riesgos”.

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