Aislados de la ciudad más cercana que es Malargüe, los crianceros de cabras y chivitos al pie de la cordillera de Los Andes viven el mundial de fútbol conectados a Internet o a una transmisión radial que muchas veces llega solo de Chile, pero arraigados al himno nacional y a la bandera celeste y blanca.
"La tecnología ha Impactado en la mayoría de los puestos de crianceros que ya han incorporado wifi gracias a un proyecto de Nación que permitió la conectividad a lo largo de toda la ruta nacional 40, paneles solares y televisión por cable que hacen que el mundial lo vivan a flor de piel", comentó a Telam el director de Turismo de Malargüe, Marcelo Rivarola.
Se trata de familias de arrieros que viven todo el año o estos meses de primavera y verano criando y cuidando cabras y chivitos en Malargüe y suben a las veranadas, antigua tradición donde deben asumir los riesgos y sacrificios de pasar la temporada de verano en el verdoso suelo de la Cordillera de Los Andes.
Allí, cerca de la laguna El Sosneado, o los parajes Bardas Blancas, La Junta o Agua Escondida, todo vale para acompañar a la selección argentina y al equipo de Lionel Messi.
Rivarola, destacó que entre ese grupo poblacional es "muy fuerte el arraigo con los símbolos patrios, y cuando sale la bandera celeste y blanca o los jugadores cantan el himno nacional, hasta llegan a ponerse de pie como muestra de respeto unánime.
Otros en cambio lo viven sin televisión porque ya han comenzado la veranada, este período del año cuando los puesteros suben con sus animales hasta la cima de las montañas en busca de frescas posturas tras el retiro de la nieve, y allí solo pueden captar señal de radio que muchas veces llega de transmisiones chilenas.
"Hay veces que hay mucho viento o hay cerros lindantes, lo cual dificulta la llegada de radio nacional y debido a la cercanía con la frontera chilena, solo llega la transmisión radial desde Chile, debe ser extraño seguir el mundial así...", se imaginó el funcionario.
En el partido de pase a la final contra Croacia, un grupo de amigos de San Rafael acampaba el fin de semana cerca del hotel abandonado de El Sosneado y habían decidido retornar a la estación de servicio más cercana para ver el partido, cuando un puestero del lugar los invitó a compartir la humilde vivienda de los Rivero a ver el partido juntos.
"Rodeamos el televisor y esa foto todos juntos con Messi en la pantalla, me la imprimo para un cuadro", dijo Carolina Olmedo, quien celebró el pase a la final con sus amigos y toda la hospitalidad de los productores caprinos.
"De a poco se fueron sumando adonde estábamos.. todos renerviosos estábamos. Creo que los nervios, la ansiedad y la emoción nos fueron juntando así que estábamos todos metidos ahí adentro", recordó la mendocina.