Argentina y Brasil acordaron hoy implementar un sistema integrado de medidas fitosanitarias para la mitigación del riesgo de la plaga Lobesia botrana en la exportación de uva fresca sin uso de bromuro de metilo
La implementación de este sistema por parte de Brasil significa una “sustancial mejora” para los productores argentinos, destacaron desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
“Se ahorran costos y tiempo y favorece las condiciones de exportación al evitarse el tratamiento cuarentenario de la uva con bromuro de metilo que tiene consecuencias sobre la calidad de la fruta y acorta su vida útil”, explicó el organismo sanitario.
El plan de trabajo para Lobesia botrana fue rubricado en un encuentro virtual entre las autoridades del Senasa y el Departamento de Sanidad Vegetal (DSV) del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA) de Brasil.
Por el Senasa participaron del encuentro su presidente, Carlos Paz y el director nacional de Protección Vegetal, Diego Quiroga; mientras que por el DSV de Brasil estuvo su titular, Carlos Goulart.
En 2019, el organismo sanitario argentino propuso a su par de Brasil un plan de trabajo para mitigar la plaga Lobesia botrana y evitar el uso de bromuro de metilo en los tratamientos de uva en fresco para exportar al vecino país.
Tras un trabajo entre técnicos de ambos organismos sanitarios, en marzo pasado una comitiva de la DSV de Brasil verificó en fincas de Mendoza y San Juan la implementación del Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana y del Sistema de Medidas Integradas para la mitigación del riesgo (SMR) de esta plaga.
Según el Senasa, los inspectores brasileños manifestaron su beneplácito por lo observado durante su recorrido en Argentina.
Durante la reunión virtual también se firmó el plan de trabajo actualizado para la exportación de cucurbitáceas desde Brasil hacia la Argentina, producidas bajo sistema de mitigación de riesgo para Anastrepha grandis, agregó el organismo sanitario.
Lobesia botrana es una plaga que ataca principalmente el cultivo de vid -conocida como “polilla de la vid”- que pone en riesgo la competitividad del sector generando una crisis en importantes economías regionales, por lo que se encuentra bajo control oficial.
Provoca pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación; y favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo.
En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos); y la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción.