Luego de pasar varios días internado, el conductor habló en “Otra vez juntos”, el programa que conduce con Maby Wells en La Uno. Fue dado de alta
“Estoy muy bien… ¡estoy vivo!”, anunció Julián Weich en “Otra vez juntos”, el programa que conduce con Maby Wells en La Uno, luego de pasar más de tres semanas aislado por su contagio de Covid-19 y unos días internado en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento por complicaciones en su cuadro. “Estoy desesperado por salir corriendo, cosa que no puedo. Estoy contento, es como que te morís pero nadie te avisa, porque no te duele nada, no pasa nada pero te estás muriendo. Es re loco lo que pasa”, señaló en diálogo con su equipo mientras esperaba que el doctor Mario Fitz Maurice firmara su alta.
“En estos días que estuve internado no me quebré nunca, no lloré, no me asusté, estuve entero. Pero de pronto, te ponés a hablar así y te das cuenta lo que viviste y qué bueno poder contarlo y que terrible la gente que no lo ha podido contar. Soy un privilegiado”, acotó, con la voz quebrada de la emoción. Y agregó: “Es una situación rarísima, porque no te enterás de nada y tampoco podés hacer algo por más que te enteres”.
Además, explicó que su caso fue empeorando de manera paulatina. “Nunca tuve mucha fiebre, no pasé los 38º. Hasta que me hice el hisopado no pensé que era coronavirus. En mi casa estaba bien hasta que no aflojaba la fiebre, saturaba igual y Mario me dijo que me internaba y que en dos o tres días me iba. Nunca más me fui… hasta hoy”, relató y aseguró que en todo momento se “entregó” al equipo médico: “Confío en la medicina en general, me entrego. Más allá de lo que sepa, no sepa o suponga, me entrego a que el médico me cure”.
El conductor también aprovechó la comunicación para agradecerle a Fitz Maurice por la forma en la que abordó su enfermedad. “Médicos puede haber mucho y todos saber y estudiaron, pero hay un aspecto que te tranquiliza mucho más que la pastilla”, señaló. Mientras que el doctor destacó que Weich fue un paciente fácil de tratar, más allá de que su cuadro fue grave. “Cuando los pacientes confían en un médico y no hay muchas manos adentro de un plato, los resultados generalmente son estos, porque se forma un equipo que se llama médico-paciente, en el que cada uno pone su parte y está demostrado que cuando este equipo se forma bien va todo para donde tiene que ir”, declaró el especialista. Por lo pronto, Julián se tomará unos días para seguir recuperándose en su casa, acompañado por su familia, pero ya no necesita sumistro de oxígeno y cuando esté listo, retomará sus compromisos laborales.