El Presidente sostuvo que “tenemos una oposición muy dura de algunos fondos, incomprensible y tercamente duras”. “El límite es que me exijan lo que suponga más padecimientos para los que más necesitan”, aseguró
El presidente Alberto Fernández afirmó que el Gobierno continúa la negociación con los bonistas sobre la reestructuración de la deuda. “Seguimos hablando con todos”, aclaró. Aunque dijo que “tenemos una oposición muy dura de algunos fondos, incomprensible y tercamente duras”.
“Saben que fue la última oferta y que no podemos hacer más esfuerzos. Espero que lo comprendan”, agregó.
El mandatario sostuvo que el “límite” en la negociación de la deuda con acreedores es que “exijan lo que suponga más padecimientos para los que mas necesitan”.
“Si acepto todo lo que me dicen, también tengo arreglado el tema de la deuda”, indicó el jefe de Estado.
En declaraciones a El Destape Radio, enfatizó: “El límite es que me exijan lo que suponga más padecimientos para los que más necesitan”.
“Ya padecen mucho. Es un dilema ético que yo no tengo”, puntualizó el mandatario, quien insistió: “Si el acuerdo supone que los jubilados tengan más ajuste, no lo pienso hacer”.
En tanto, consideró que los trascendidos respecto del porcentaje de aceptación de la oferta argentina “tiene mucho de especulación”, por lo que señaló: “No sé cuál es el número”.
Solo 35% de los bonistas aceptó oferta del canje
Sumando los bonos locales y los extranjeros, la aceptación total estaría rondado el 35%. Ese porcentaje cercano a los dos tercios de respuestas negativas es el que está evaluando el ministro de Economía, Martín Guzmán, para definir si se extiende el plazo de negociación con estos acreedores privados.
La fecha límite, del 28 de agosto, siempre fue la fecha definitiva, pero que por cuestiones legales debieron acortar ese plazo al 4 de agosto. Ahora, con muchos de los acuerdos sin cerrar, los negociadores del Gobierno estimaban que sería necesaria una última ronda de conversaciones. A eso se agregaba otro detalle relevante: en el mensaje del ministro Guzmán a los acreedores, se sostuvo que la oferta registrada era la última, que no iba a tenerse otra enmienda, por ende la apuesta del Gobierno es llegar al 4 de septiembre con los nuevos títulos registrados en la SEC, y para eso el 28-A es el límite.
En medio de la charla con el Atlantic Council de los últimos días, el ministro Guzmán pareció decidido a presionar a los bonistas con la idea de que Argentina debe sentarse pronto con el FMI, pero lo cierto es que esa negociación depende más del Fondo que de la determinación del Palacio de Hacienda. Y el FMI sabe que es preferible, primero, dejar que la negociación con los bonistas llegue a algún puerto, sea esto un acuerdo parcial o total con los acreedores.
El Fondo sabe también que la fecha límite que tiene para negociar es en enero próximo, ya que la Argentina necesita tener el nuevo acuerdo con el Fondo cerrado antes que venza el pago con el Club de París a fines de mayo de 2021.