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Polémica por tapa de revista: ¿Qué es “un look Plus Size”?

24/07/2020 08:23
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La tapa publicida esta semana por la Revista Caras sigue acumulando rechazos por sus comentarios acerca del físico de la princesa Amalia de Holanda, heredera del trono e hija de Máxima Zorreguieta

La joven y su madre aparecen en la portada del semanario bajo el título “La hija mayor de Máxima luce con orgullo su look ‘Plus Size'” . Además, en la bajada, se afirma que la princesa “defiende su figura de ‘mujer real'”, haciendo un juego de palabras con su pertenencia a la realeza y su condición física. En cuanto a la imagen, utilizaron un recorte de la foto original, para resaltar el componente “Plus Size”.

La foto original

El diario Página 12 publicó uno de los cruces más interesantes que se desató, es el que propuso el proyecto MujeresQueNoFueronTapa, encabezado por Lala Pasquinelli , surgido justamente como reacción frente al modelo de mujer que brindan las tapas de la revistas. Apenas aparecida la publicación publicaron la siguiente reflexión en su página de  Facebook:

Primer intervención de MujeresQueNoFueronTapa

“Luce con orgullo su look plus size”

“Víctima del bullying, enfrenta las críticas con fortaleza…

Una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de “mujer real”

¿Qué es “un look Plus Size”? ¿El nuevo eufemismo para decir “gorda”? ¿Por qué se usa como una categoría estigmatizante? ¿Desde cuándo dejamos que nos nombren por el talle que usamos?

¿No es bullying señalar en la tapa de una revista el cuerpo de una adolescente indicando que “se sale de la norma” porque es “plus size”?

“Enfrenta las críticas con fortaleza”

¿Críticas por qué? ¿Por tener un cuerpo? ¿Por no ser una princesa delgada? ¿De qué se tiene que defender?

Estas tapas normalizan el juicio sobre el cuerpo de la adolescente y de todas las mujeres, es una crítica hacia esa persona por ser como es, y en ella a todas las que no seamos delgadas.

¿No son estas tapas y títulos los mecanismos que hace décadas habilitan el bullying y las críticas violentas hacia nuestros cuerpos, como si solo fuéramos el talle que ocupamos, o nuestra apariencia?

¿Qué es defender su figura de “mujer real”?

¿Cual es el tabú? ¿Tener un cuerpo? ¿Existir de la manera que queramos?

Hartas de tener que defendernos en lugar de simplemente existir, hartas de los juicios de estos medios rancios, clasistas y racistas que se arrogan el derecho de decir qué cuerpos valen y cuales no. Mujeres reales somos todas, existimos, estamos vivas.

Sufrimos desde niñas estos señalamientos que normalizan y habilitan el juicio, logrando que cualquiera se sienta con derecho a señalar alguna parte de nuestro cuerpo como errada, fallada, fea, y a partir de ahí todas sabemos lo que pasa.

Es lo que hacen estos medios en esta publicación y en tantas otras con el cuerpo colectivo de las mujeres, si no encajamos en ese modelo que muestran en su tapa semana a semana, la mujercita joven, modosa, blanquita, delgada y sumisa, no merecemos ser vistas, debemos “defendernos de las críticas”.

Nos dejan en el lugar de objetos de deseo, y nos expropian la posibilidad de ser sujetas de derechos y de deseos.

La respuesta de Caras

La revista eligió dar su versión en el debate con una columna editorial de su directora Liliana Castaño. Obviamente está dirigida al conjunto de repercusiones que desató su tapa, y no en especial a los comentarios de MujeresQueNoFueronTapa, pero sirven de contrapunto con su visión. A continuación el texto completo:

“Quisimos mostrar el gran momento de una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de ‘mujer real’, pero no pudimos evitar la polémica. Abolir la perfección que nos esclaviza. Rescatar una historia de superación. Ese fue el objetivo de nuestra última tapa.

En los últimos días, Oriana Sabatini, harta de la idealización y con ganas de andar más liviana y no de kilos, le pintó exhibir lo que menos le gusta de su cuerpo y escribió en su Instagram qué es lo que le hubiera gustado ver cuando era adolescente, porque la hubiera ayudado mucho. Después de 10 años de convivir con trastornos alimenticios y de su último atracón, la hija de Cathy Fulop, liberó sus fantasmas y los de millones de almas. 

La princesa Catalina Amalia, princesa de Orange, princesa de los Países Bajos, heredera al trono por ser la hija mayor del rey Guillermo y de Máxima Zorreguieta, con todos sus títulos reales no pudo esquivar el bullying y su historia puede resultar inspiradora. Su fortaleza, cómo sobrellevó ser la princesa ‘plus size’, cómo la llamaban en Holanda y el apoyo de su familia, es lo que revela la nota.

Leer todo el texto ayudará mucho a un debate constructivo. La fugacidad de quedarse sólo con la lectura del título puede ser mezquino o quizá alcance para ejecutar la dosis de sentencia diaria.

Nuestra tapa es a favor de tirar por la borda todo aquello que nos esclaviza y estigmatiza. Nuestra intención, a lo largo de casi 28 años de vida, ha sido rescatar lo que inspira, visibilizar la inclusión y darle voz a los que muchas veces no tienen el merecido espacio. 

Quizá, si el protocolo real no le hubiera prohibido el uso de las redes sociales, Catalina Amalia hubiera likeado el posteo de Oriana.”

La nueva respuesta

El descargo de Liliana Castaño motivó una nueva intervención de MujeresQueNoFueronTApa, directamente enfocada a discutir sus argumentos:

“No siendo suficiente publicar una tapa que está siendo señalada en forma unánime como un horror/ error, desde Revista Caras suman un ‘descargo’ online.

‘No pudimos evitar la polémica’ dicen, como si lo polémico fuera la imagen de una adolescente y no las prácticas periodísticas puestas en juego. ¿Quieren decir que los experimentados editores de esta revista no pudieron prever un problema al etiquetar a una entrevistada por el talle de su ropa, con el mismo epíteto que usan los ‘bullies’ para bullearla?

‘Leer todo el texto ayudará a un debate constructivo’, aseguran con fingido candor, como si las personas que manejan un medio como Caras no fueran conscientes del impacto de una portada. No, el problema no es la forma brutal que eligieron para titular, el problema somos nosotrxs, que entendemos lo que quisieron decir y no aplaudimos los detalles del sufrimiento de una joven mujer, que no eligió la vida de exposición que le toca vivir.

La cumbre del cinismo llega en el párrafo en el que aseguran haber dedicado 28 años a ‘visibilizar la inclusión y darle voz a los que muchas veces no tienen el merecido espacio’.

¿Dónde ejercieron esa inclusión? ¿Dónde está esa diversidad de mujeres a las que le dieron voz? Porque repasamos las tapas y solo vemos mujeres delgadas, de pieles claras, jóvenes o en la búsqueda de retener por siempre una imagen de juventud, siempre sexualizadas. Nos gustaría pensar que hay un cambio de paradigma en los medios. Que los reclamos se están escuchando, que vamos a dejar de hablar de cuerpos y hablar de nuestras historias, lo que hacemos, nuestros proyectos. Que periodistas y editorxs se están capacitando para romper con los estereotipos, para nombrar y narrar las diversidad en forma correcta y sensible.

Por el momento solo vemos una operación marketinera, una falsa diversidad de cartón donde se transparenta la desesperación por mantener el público y los viejos hilos que mueven los mismos intereses de siempre. Vemos luchas dolorosas cooptadas para vender un ejemplar más, para generar un click más.

Sería mejor que sigan en lo suyo con un poco de honestidad y dejen de tratarnos de tontas.”

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