El papa Francisco aseguró hoy que "lo único razonable" en la guerra en Ucrania sería "detenerse y negociar", en consideración del daño que cada día de la invasión de Rusia supone para la población ucraniana y también para el mundo entero, durante el rezo mariano del Ángeluz.
El Papa, que regresó ayer a Roma tras su viaje apostólico a Canadá, afirmó que durante esos seis días no dejó de rezar por el pueblo ucraniano, "atacado y atormentado, pidiendo a Dios que lo librara del flagelo de la guerra", informó la agencia de noticias Europa Press.
El papa Francisco anticipó que dará más detalles del viaje a Canadá el próximo miércoles en la audiencia general.
Además, dijo, en su discurso anterior al Ángelus, que la codicia "es una enfermedad que destruye a las personas".
"Servirse de las riquezas, sí, pero servir a la riqueza, no", dijo el pontífice, con el argumento de que la vida "no depende de lo que se posee, depende de las buenas relaciones con Dios, con los demás y con los que tienen menos".
Agregó que la codicia convierte en "esclavos y servidores del dinero a quienes persiguen enriquecerse siempre más" y que por culpa de ella se ha llegado "a una injusticia como nunca antes en la historia, donde unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco".
"Es bueno hacerse rico, pero hacerse rico con Dios", sostuvo y ñadió que el "ansia de recursos y riquezas" está "casi siempre implicada" en las guerras y los conflictos", uno de ellos, "el comercio de armas".
El Papa también saludó a los hermanos jesuitas, que celebraban este domingo su fiesta, San Ignacio de Loyola.