Martín Guzmán presentará esta semana frente a la Comisión de Valores de Estados Unidos la propuesta de canje para los casi 69.000 millones de dólares bajo ley extranjera en manos de bonistas privados.
“Hay una presentación técnica ante la SEC primero y enseguida se hará la presentación formal. Falta precisar cuándo exactamente. Va a ser esta semana pero no creo que sea el miércoles”, aseguraron desde el Ministerio de Economía.
De acuerdo al esquema macroeconómico de Guzmán, la quita tiene que ser agresiva para lograr la reducción de más de los 80.000 millones de dólares durante una década que postuló el FMI que iba a ser necesaria para que la deuda argentina volviera a ser sostenible.
Los fondos de inversión más importantes que tienen deuda argentina bajo ley Nueva York ya dieron el aviso de que no van a estar dispuestos a aceptar una quita mayor al 50% y dan una clara señal a 40 días de que Argentina quede entre desembolsar 500 millones de dólares en un día o ir al default.
Tampoco van a vender los bonos al precio actual a fondos buitre, prefieren ir a juicio para cobrarle a la Argentina aunque lleve tiempo. Con los precedentes judiciales de las deudas de Ecuador y de Argentina, ya llevan las de ganar y en plazos judiciales notoriamente más breves que tras el default de 2001. Lejos de la vereda de Paul Singer, estos fondos participaron en buena medida de las colocaciones primarias, por lo que compraron los bonos a su valor nominal, no al 25% que cotizan en promedio actualmente.
Un grupo de acreedores encabezado por BlackRock, Templeton y Fidelity, bajo la asesoría del abogado Ian Clark, un especialista en mercados bursátiles que estuvo en el centro de varias de la últimas crisis de deuda, señalaron que no se van a dejar correr por la crisis y no van a aceptar en una negociación voluntaria pérdidas mayores a los que los estatutos de sus fondos les permitan. En este sentido pusieron el límite en el 50%.
Lo que sí están dispuestos a darle a Argentina es tiempo. Para los bonistas es lógico el pedido de Guzmán de tiempo para atender con la poca liquidez que tiene demandas más urgentes, así lo aseguró a Bloomberg el CIO Robert Koenigsburger, de Gramercy Funds -uno de los fondos acreedores de Argentina-. La pulseada pasa porque ese tiempo no sea a costo cero.
Por su parte, los cupones atados al PBI tampoco suponen un atractivo. Argentina no crece desde el 2011 y las proyecciones de Guzmán hablan de un crecimiento económico que apenas supera el crecimiento vegetativo para los próximos cinco años.
Un especialista de Wall Street explicó que “Los fondos marcan los bonos a valor de mercado. Hoy los bonos ya están a precios de default. Eso tiene dos implicancias. Una, que los fondos ya ‘tomaron la pérdida. Y dos, que el peso de los bonos argentinos en sus portafolios cayó mucho. Ambas cosas implican que su capacidad de esperar y tener una posición más dura es mayor. Sobre todo porque a nadie convence la historia de que Argentina está súper endeudada. Muchos lo ven como falta de voluntad de pagar. Entonces quizá es mejor esperar y ver si eso cambia. Sobre todo si Argentina les ofrece un canje con un periodo de gracia en el cual los intereses no se capitalizan”.
Mientras tanto, los tiempo corren porque el 22 de abril el gobierno enfrenta el vencimiento de unos 500 millones de dólares de intereses de los Bonar 2021, Bonar 2026 y Bonar 2046. Y si no los paga, entrarán a regir los 30 días corridos de período de gracia antes de que técnicamente Argentina entre en default.
Para reservarse cierto margen, Guzmán eligió a comienzos de este mes reperfilar los vencimientos de la deuda en dólares bajo ley argentina para poder estirar la negociación con los bonitas de ser necesario, pero es un escenario inestable. Como advirtieron los consultores Daniel Marx y Federico Furiase, es la última carta antes de un default en toda ley.
“El punto de negociación crucial para acercar las puntas entre Guzmán y el mercado estará en la extensión del período de gracia y en la eventual capitalización durante dicho periodo. Si es así, partiendo de precios en torno a 27 puede haber una buena señal para la negociación. No creo que la oferta de Guzmán esté muy lejos de un precio promedio de los nuevos bonos reestructurados de mercado cercano a 50 (con un exit yield de cerca de 10%). Incluso si la oferta inicial está en torno a 40, hay chances de que se llegue a un acuerdo“, dijo el director de Eco Go, Federico Furiase.
“Veo cierto riesgo de que el Gobierno no pague los vencimientos de intereses del 22 de abril y use el período de gracia para seguir negociando. Esperemos que la política ponga en la balanza la importancia que implicaría cerrar con éxito la negociación de la deuda y evitar un default, para tener mayor margen para afrontar la crisis y para recuperar la economía una vez que pase el shock del COVID-19″, agregó.
Fuente La Política Online