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Turismo de bodegas: triunfos y perspectivas

La atención que le dan a las viñas patrimoniales es algo que los hermanos Héctor y Pablo Durigutti vienen trabajando desde sus inicios, por eso no solo se expanden hacia distintas latitudes, sino que también trabajan y se interesan por aquellas cepas menos extendidas, como las Bonarda, Criolla, Cordisco, entre otras

02/12/2024 10:12
La Finca Victoria en Las Compuertas tiene un perfil muy especial.
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La Finca Victoria de Durigutti Family Winemakers se encuentra en Las Compuertas, Luján de Cuyo y fue elegida en el puesto 10 entre 100 viñedos de todo el mundo. «Inmersos en el paisaje natural, la producción y el turismo en Finca Victoria están perfectamente integrados, ofreciendo a los visitantes una conexión directa con la tierra, la tradición y el vino» reza el informe del WBV y le hace justicia.

El camino de Durigutti Family Winemakers es un camino de innovación y búsqueda constantes. Sus vinos provienen de las principales zonas productoras mendocinas y exploran además otros terruños en Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan y Río Negro. El desarrollo de la identidad de distintas zonas de Argentina los puso en un lugar de mucha preponderancia, tanto en el país como en el exterior que ha redundado en una racha de reconocimientos, entre los que se destaca este último en el World’s Best Vineyard.

La Finca Victoria en Las Compuertas tiene un perfil muy especial. “Nosotros estamos en un enclave natural de enorme riqueza patrimonial”, cuenta Carina Valicati, Directora de Marketing y Comunicación de la bodega, y agrega: “esta parte de Luján de cuyo es una de las zonas más antiguas, por ende hay un arraigo muy importante a las características intrínsecas de la tipicidad de los vinos de esta región, con viñas muy antiguas que todavía preservamos. Particularmente en Finca Victoria tenemos viñas que datan del comienzo del 1900, que de hecho le da nombre a uno de nuestros vinos como es el Proyecto Las Compuertas Malbec 1914”.

La atención que le dan a las viñas patrimoniales es algo que los hermanos Héctor y Pablo Durigutti vienen trabajando desde sus inicios, por eso no solo se expanden hacia distintas latitudes, sino que también trabajan y se interesan por aquellas cepas menos extendidas, como las Bonarda, Criolla, Cordisco, entre otras.

El ranking

The World’s Best Vineyard (WBV) es un importante ranking internacional organizado anualmente por William Reed, la multi-plataforma de comunicación del sector de bebidas y gastronomía de Reino Unido, creadora también de los súper aclamados 50 Best en gastronomía y bares. Los World’s Best Vineyards buscan promover las mejores experiencias de turismo del vino en el mundo. Cada año se elabora una prestigiosa lista que abarca los cinco continentes con las mejores experiencias del mundo que combinan maravillas arquitectónicas, bodegas antiguas, restaurantes de primer nivel y pequeñas bodegas familiares con mucha autenticidad, todos grandes lugares que vale la pena visitar.

El criterio es encontrar lugares que ofrezcan algo que vaya un poco más allá del enoturismo clásico. Ese factor extra que hace que la experiencia sea memorable desde todo punto de vista.

“Visitar la bodega es una experiencia única que combina la excelencia enológica con un entorno natural imponente al pie de la Cordillera de los Andes”, comenta Francisco Bragoni, Gerente de Turismo de Salentein, una de las bodegas incluidas en los World’s Best Vineyard. “Los visitantes quedan maravillados al descubrir que Salentein ofrece mucho más que vinos excepcionales: es un espacio donde se fusionan la innovación arquitectónica, la cultura del vino, el arte -en nuestra galería Killka, una de las más destacadas de Sudamérica- y una gastronomía de primer nivel disponible en dos restaurantes, uno ubicado en el Espacio Salentein y otro en la Posada ‘San Pablo: Cocina de Origen’ donde los comensales pueden disfrutar de platos exquisitos mientras degustan vinos de clase mundial, todo enmarcado por paisajes inolvidables”.

Cada vez más bodegas contemplan en su proyecto la importancia de un restaurante que no solo sirva como una especie de parate o recreo de las maratónicas excursiones a las que se someten los turistas, sino que sean espacios que sirvan para sublimar la experiencia global de tomarse un vino y comer algo.

El restaurante Cinco Suelos en Finca Victoria de Durigutti Family Winemakers está liderado por la chef ejecutiva Patricia Courtois y fue recomendado en la Guía Michelin 2024. La materia prima nace de su propia huerta orgánica, a metros de la cocina, y de las manos de los artesanos y pequeños productores de la zona con los que trabajan.

Carina Valicati comenta que “para nosotros la gastronomía es un gran escenario para conducir la experiencia del vino, para reforzar el sentido de pertenencia con los vinos de un lugar” y agrega:”trabajamos con el concepto de slow tourism, de “garden to table”, porque es una pequeña huerta orgánica la que nos abastece y también tenemos cercanía con los productores de la zona, que hacen un arraigo identitario muy fuerte con los vinos del lugar y la gastronomía. Eso para nosotros va muy de la mano, no está la gastronomía por delante de los vinos, sino que la gastronomía se adapta a ellos e interpreta muy bien de qué manera conducir la experiencia, uniendo ambas cosas”.

Argentina presente en los World’s Best Vineyard 2024

Además de Durigutti Family Winemakers, entre los primeros 50 elegidos también estuvo, entre otras, Salentein. Francisco Bragoni, gerente de turismo y hospitalidad de la bodega analiza las características que la hacen única y que la hizo merecedora de este reconocimiento.

“Es un reconocimiento que sin duda premia la visión que, hace 20 años, tuvo nuestro fundador al decidir no solo construir una bodega destinada a elaborar los mejores vinos del Valle de Uco sino también a crear un espacio donde los visitantes pudieran vivir una experiencia de la más alta calidad en un lugar tan privilegiado como lo es San Pablo. Son muchas cosas, pero destaco la tecnología de punta con la que está equipada, la calidez y hospitalidad de nuestros colaboradores, el alojamiento inspirado en jardines al pie de la cordillera, ofreciendo una experiencia inigualable y sin dudas, su arquitectura innovadora que, incluso con el paso del tiempo, sigue siendo una obra vanguardista, que merece reconocimiento”.

Para Ramiro Balliro, de bodega Diamandes, haber entrado en el listado de los mejores viñedos del mundo “nos permite estar ubicados en una excelente posición en el mundo del turismo del vino y además nos permite contar la historia de nuestros vinos y de la Familia Bonnie que tuvieron la visión de producir vinos en el Valle de Uco. Para el público que consume nuestros vinos, no es solamente una botella de vino lo que compra, es además una experiencia y una historia detrás de la botella” y agrega: “hay un gran respeto por la tierra, el entorno y la comprensión del lugar, su clima y la gente que nos acompaña en este proceso. Cada paso en el viñedo está pensado, calculado y estudiado para obtener uvas de alta calidad que puedan dar grandes vinos y mostrar nuestro lugar y nuestra forma de interpretar la vid”.

Lo sustentable, un punto a favor

La sostenibilidad es el caballito de batalla de los discursos que quieren conectar la productividad con el cuidado del medio ambiente. Es una noción tan bienintencionada como ambigua y que se puede usar como comodín para dar una imagen sólida en el mercado. Pero, y no puede haber un “pero” más grande, cuando la práctica se pone a la altura de la teoría, las cosas se vuelven reales. Cuando lo sustentable y lo sostenible se llenan de significado en lo empírico el resultado es, efectivamente, innovador. Según los criterios de votación del WBV, estos son conceptos que se tienen en cuenta.

“Son muchas las prácticas que hacen a la sostenibilidad del viñedo, para ello cumplimos con el protocolo de sostenibilidad de Bodegas de Argentina”, cuenta Ramiro Balliro. “Entre las prácticas que consideramos más importantes está el uso medido de agua a través del sistema de riego y el acompañamiento tecnológico, el consumo y control de energía en el procesos, el uso de botellas ultralivianas, el cuidado del suelo y el medio ambiente, la mejora de la microbiología del suelo, uso de productos degradables y no agresivos con el medio ambiente, entre otros”.

Las conversaciones sobre la sostenibilidad en el vino se empezaron a dar relativamente tarde en comparación con otros sectores, pero a medida que el cambio climático se fue convirtiendo en un problema real para los viticultores (temperaturas muy altas en lugares donde no debería haberlas, incendios, sequías, heladas, granizos más frecuentes y extremos, etc) se empezó a investigar y a atender el tema más seriamente. Se podría decir “es la economía, estúpido”, nadie quiere perder viabilidad económica en su proyecto; pero es un poco más que eso, es también la idea de crear planes de adaptabilidad a largo plazo. Actualmente, las bodegas que quieren trascender las fronteras y el tiempo, planifican y ponen en práctica planes de sostenibilidad.

Expectativas para la temporada 2025

La realidad de que Argentina está cara en dólares para propios y extranjeros, hace que las expectativas para la temporada 2024/2025 no sean las de hace un año atrás. Es importante entonces destacar en la propuesta y en el producto para captar clientes de una plaza que parece no estar rebosante.

Para Francisco Bragoni “esta será una temporada llena de desafíos. En los últimos cinco años, el enoturismo ha atravesado diversos escenarios que nos han obligado a adaptarnos, y este nuevo contexto no será la excepción. Para 2025, nuestro enfoque estará en diseñar experiencias atractivas tanto para el público local como para los visitantes internacionales, quienes han modificado sus hábitos de compra debido a los cambios macroeconómicos en nuestro país. Creemos que estas nuevas dinámicas se mantendrán a largo plazo, por lo que el desafío será ofrecer opciones flexibles y descontracturadas, adaptadas a las necesidades y preferencias de cada cliente”.

Por su parte Diamandes sigue ponderando al turismo como canal clave de crecimiento, más allá de los avatares cambiarios: “el turismo es una parte importante de nuestra estructura ya que nos permite contar nuestra historia, nuestra filosofía y que los visitantes puedan disfrutar de nuestros vinos a través de la gastronomía. De esta forma la idea es que un turista que visita DiamAndes, se pueda convertir también en un embajador de nuestros vinos” y suma: “tenemos visitas guiadas, degustaciones y un restaurant premiado tanto a nivel nacional como internacional. También se ofrecen cabalgatas, blend sessions y el programa Chef Table, donde nuestro chef signature presenta un menú especial con añadas antiguas sacadas exclusivamente de la cava de la Familia Bonnie, dicho almuerzo se realiza con una vista espectacular en la casa de los propietarios”.

Sabernos ganadores nos sienta bien. ¿Somos exitistas? Un poco sí. ¿El río más ancho, el viñedo más alto, las bodegas más lindas? También. Lo cierto es que rankear alto entre los mejores del mundo, suma y poner el foco en este hemisferio de cara a una temporada que no pinta fácil se agradece, y mucho.

Gentileza: Alejandra Navarría 

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