Con el fin de frenar la inercia inflacionaria, el Gobierno analiza un “plan de estabilización” que podría aplicarse en noviembre. Esto incluiría un acuerdo de precios y salarios para que baje drásticamente la suba de precios por cuatro meses. Sería una nueva etapa de cambios impulsados por el ministro de Economía, Sergio Massa.
Para poder lograr una baja de la inflación, requerirá un plan integral de shock que modere las expectativas y las remarcaciones preventivas. El ministro trabaja junto al secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, según pudo averiguar Ámbito.
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En el Palacio de Hacienda consideran que hay que pasar por otras etapas primero como el ordenamiento fiscal, la acumulación de reservas por el dólar soja y desembolsos de organismo multilaterales, suba de tasas y ajuste de controles del comercio interior.
Hubo una serie de reuniones claves de las que formaron parte empresas importantes del país y, aunque no podría darse en los próximos días porque requiere de planificación, apuntan como fecha posible a noviembre. Esto se daría para poder frenar la suba por, al menos, cuatro meses y esto podría implicar un sendero para el dólar y las tarifas.
El secretario Rubinstein explicó que atacando la inercia inflacionaria y “procurando una razonable caída de márgenes empresariales, se puede lograr que la inflación real se acerque a la teórica”.