Una nueva visita a Chile, al que viaja al menos una vez por año, está haciendo el pediatra uruguayo Roberto Canessa, ya de 69 años y quien hace medio siglo fue uno de los héroes del bautizada “Milagro de Los Andes” cuando un avión de la Fuerza Aérea de su país cayó en la cordillera el 13 de octubre de 1972.
Venían a Santiago desde Montevideo 45 personas en la aeronave, cinco de la tripulación y el resto jugadores y acompañantes del equipo de rugby Old Christians Club, para jugar por segunda vez la denominada “Copa de la Amistad” ante los chilenos de Old Boys.
Once personas murieron de inmediato debido a la caída a casi cuatro mil metros de altura, y la búsqueda duró apenas ocho días. Siguió creciendo la lista de fallecidos por heridas, frío e incluso un alud, y gracias a una pequeña radio que encontraron entre los restos del avión los sobrevivientes se enteraron de que habían terminado los esfuerzos por rescatarlos.
Vivieron lo inimaginable, y fueron Roberto Canessa y Fernando Parrado, en ese entonces de 19 y 22 años respectivamente, quienes se aventuraron para buscar ayuda, caminando durante diez días a la ventura, sin equipo ni ropa para la montaña y con muchos kilos de menos.
El arriero Sergio Catalán los encontró y el 22 de diciembre de 1972, 72 días después del accidente, fueron rescatados apenas 16 sobrevivientes, contando a Canessa y Parrado, quienes han sido objeto de libros, películas y programas de TV por su extrema aventura de sobrevivencia.
El doctor Roberto Canessa, protagonista del libro “Tenía que sobrevivir” de Pablo Vierci, estaba en segundo año de Medicina cuando ocurrió el accidente del avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, y luego se convirtió en uno de los cardiólogos infantiles más reconocidos del mundo.
Sigue trabajando hasta la actualidad como pediatra infantil, labor médica que compatibiliza con sus charlas motivacionales como las que dará por estos días en Chile.
“Lo que viví en la cordillera y mi trabajo como médico me indican que todos podemos vernos involucrados en situaciones extremas, esas en las que hay que tomar decisiones difíciles de vida o muerte. La pregunta es qué hacer cuando todo está en contra nuestra… Y la verdad es que en Los Andes me sentí la persona más afortunada del planeta y que por ello tenía que estar eternamente agradecido, porque estaba vivo y podía caminar”, cuenta Roberto Canessa.
El famoso médico -hoy de 69 años, padre de dos hijos y una hija y abuelo de cinco nietos, con otro en camino para mediados de mayo-, quedó marcado de por vida por lo que vivió hace casi medio en Los Andes, y traspasa su experiencia con un espíritu positivo.
“Los nietos siempre preguntan sobre el accidente y cómo caminé en la montaña. Con ellos soy como el perro viejo al que rejuvenecen los cachorros…. Vuelvo ahora para dar unas charlas, visitar a amigos y volver a la zona del rescate para encontrarme con familiares del arriero Sergio Catalán (fallecido el 11 de febrero de 2020 a los 91 años)… Esa zona se ha urbanizado muchísimo y prácticamente hay un camino hasta donde nosotros trepamos en la montaña… Y bueno, han pasado ya casi 50 años”, señala el médico charrúa.
La Copa de la Amistad ha permanecido, y a fines de este año el equipo chileno de Old Boys, surgido del colegio The Grange School, irá a Uruguay para conmemorar el medio siglo de accidente, con nueva sangre formada por equipos M13 y M16.
“Los vamos a recibir como siempre, con los brazos abiertos, tal como nos reciben siempre en Chile. Los vamos a esperar con ansias para renovar esta amistad de tantos años, que se traspasa de generación a generación… He sido presidente de Old Christians y he tenido una gran satisfacción al ver a mis dos hijos jugar rugby y a mi hija jugar hockey por ese club... La Copa de la Amistad surgió con la idea de hacernos cercanos en vez de jugar Sudamericanos. En 1971 fue el primer viaje, cuando vinimos a Chile y nos trataron muy bien. Y en 1972, para el segundo viaje nuestro, se produjo el accidente y se nos cae el avión. Luego retomamos este intercambio deportivo sumando al fútbol, a las chicas del hockey, al golf para los mayores y al tenis. Es una celebración a la vida y a la amistad”.
Roberto Canessa precisa que “ahora todos nuestros hijos tienen nietos y hasta se está haciendo una película muy potente (para Netflix a cargo del director español Juan Antonio Bayona) que recrea al detalle todo lo que pasó en la montaña, filme al que estoy asesorando pues me llaman por teléfono para que los aclare varios detalles”, narra.
Respecto de sus charlas, el pediatra cuenta que “comencé una vez que un amigo me dijo que la empresa en la que trabajaba iba a contratar a alpinista para que les narrará cómo lo hacía para trepaba paredes en la montaña. Y la verdad es que nadie iba a hacer esa locura, pero mi experiencia, de alguien común y corriente enfrentado a una situación terrible, le parecía mejor… Lo nuestro fue una labor de adaptación y de trabajo en equipo casi imposible de tener”.
“Yo cuento cómo estás en una vida normal y de repente la caída de un avión te lleva a momentos límites, a pensar en tomar decisiones en virtud de cosas que crees que van a pasar y no pasan, y a verte obligado a tomar decisiones debido a cosas que nunca pensaste que pasarían. Cómo arreglártelas por ti solo y cómo convives con distintas personalidades y con personas en estado de schock. Qué haces cuando no te van a buscar y cuando te quedas sin comida, aunque para mí lo último no fue lo más difícil. Qué haces cuando crees que peor no puedes estar y te viene encima un alud. Y cómo a partir de eso salimos caminando”.
El sobreviviente de Los Andes agrega que “yo digo en mis charlas de una hora, en las que presento algunos videos pues la mayoría de los oyentes ni siquiera había nacido cuando ocurrió el accidente, que hay que agarrarse al cambio, lo que llamo el “abrazo del oso”. Al cambio lo tomas y lo inmovilizas, sino el cambio te hace daño y te va desangrando. Eso implica pasar de víctima a protagonista”.
“Lo anterior lo aprendí en la montaña, cuando un amigo que tenía las piernas rotas me dijo que yo tenía la suerte de caminar para que nos rescataran a todos. En ese momento me di cuenta de que yo debía caminar en vez de quedarme en el fuselaje esperando que llegara la muerte… También narro historias de pacientes que han sido operados adentro del útero de la madre y que han salido bien, y también me refiero a la pandemia de coronavirus y a cómo hay que tomar decisiones. Hablo sobre tomar el camino correcto, que en definitiva es el que uno tome. Lo incorrecto es quedarse parado… Nosotros no caminamos en la dirección correcta, pero igual salimos de la montaña”.
Un mensaje potente que resume mejor que nada el espíritu de sobrevivencia de Roberto Canessa, quien aguarda con ansias la visita de los chilenos a Uruguay para seguir conmemorando la eterna amistad que reúne a nacionales y charrúas desde hace medio siglo.