Dani Alves, excompañero de Lionel Messi en Barcelona, tendrá que pagar una fianza de un millón de euros si quiere obtener la libertad provisional, a la espera de que su condena por agresión sexual sea firme.
Así lo definió la Audiencia de Barcelona por mayoría y con el voto particular de un magistrado.
De llegar a esa instancia, se le retirará al brasileño sus dos pasaportes -español y natal-, le prohibirá aproximarse o comunicarse con la víctima y le obligará a comparecer semanalmente en el juzgado.
La Sección 21 de la Audiencia de Barcelona estima así la petición de la defensa del brasileño, ejercida por la abogada Inés Guardiola, quien solicitó la libertad provisional de su cliente al haber cumplido una cuarta parte de la condena de cuatro años y medio de cárcel impuesta al futbolista.
El tribunal argumenta en su resolución que “conviene recordar que la función de la prisión provisional no puede ser en ningún caso la de adelantar los efectos de una hipotética pena que pudiera serle impuesta al acusado o la de impulsar la investigación del delito u obtener pruebas o declaraciones, ya que con tales fines la privación de la libertad excedería de los límites constitucionales reconocidos en el art. 17 de la Constitución Española”.