Ha sido una campaña complicada para el Real Madrid que se cierra con un balance negativo para una entidad acostumbrada a sumar títulos y que ha visto como se han quedado casi en blanco los primeros equipos de fútbol y baloncesto (Supercopa de España).
La reconstrucción ya está en marcha. Mediada la temporada que está próxima a terminar, los dirigentes del Real Madrid ya tenían claro que los cambios tenían que llegar, aunque algunos de ellos fueran traumáticos. Querían cambio de hábitos, modificaciones en la rutina que se estaba llevando a cabo en los últimos años y que provocaba situaciones de tensión y relajación en momentos determinados en ciertos jugadores.
Cambios necesarios
Primero fue el adiós de Zidane y luego el de Sergio Ramos, el otro gran bastión del primer equipo del fútbol blanco de los últimos años. La marcha del técnico y del capitán escenifica la apuesta del club por un volantazo que devuelva al equipo al camino del éxito. Es cierto que la llegada de Carlo Ancelotti puede ser un guiño al pasado, pero con el italiano lo que se ha buscado es el regreso a la sencillez dentro del rigor de un entrenador respetado.
Florentino Pérez se metió en faena semanas atrás y todos sus movimientos están orientados en ilusionar al madridismo tras una temporada muy dura y complicada. Sabe que gran parte de esa ilusión pasa por la llegada de un jugador diferencial llamado Kylian Mbappé. Para ello trabaja. Sin prisa, pero sin pausa.
El inicio del curso 20-21 ya fue complicado por la situación provocada por la pandemia. Zidane decidió no contar con jugadores como Bale, James o Ceballos, siendo Odegaard la única cara nueva de un equipo que se ha quedado en blanco once años después. No hubo fichajes ante la necesidad de recortar gastos y el equipo pasó por dificultades.
La ausencia de nuevos jugadores y la escasa motivación de la plantilla en los primeros meses del ejercicio, provocó dudas en el arranque, tantas que el Real Madrid sufrió en la fase de grupos pese a terminar primero. Los de Zidane salvaron la papeleta, pero las dudas ya estaban instaladas, especialmente por las muchas bajas que se iban produciendo semana tras semana y que han propiciado la vuelta de Antonio Pintus a la entidad madridista.
Una reacción tardía
2021 se inició con el distanciamiento con Ramos y la caída del rendimiento del equipo con eliminación en Supercopa y Copa en un triste mes de enero. Zidane alzó la voz en la sala de prensa por los ataques que recibía desde todos los frentes. Su grito surtió efecto y el equipo peleó por Liga y Champions hasta el último momento, pero sin dar alegría alguna al museo que esperaba nuevos trofeos.
En baloncesto el año se ha cerrado casi igual (se ganó la Supercopa), pero la diferencia es que Pablo Laso recibió toda la confianza con una renovación de contrato. Como sucedió con el fútbol, las lesiones han perseguido a los jugadores.