San Lorenzo cayó hoy con Lanús por 3 a 1 como local, en la continuidad de la 17ma. fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), y los hinchas explotaron contra la dirigencia y el entrenador, el uruguayo Paolo Montero. El Granate, con la victoria, se mantiene expectante en la lucha de arriba, con 30 puntos, a cuatro de Talleres y a seis de River, que chocarán mañana
Otro es el panorama en el “Ciclón”, que se fue bajo una lluvia de insultos y reproches por los malos resultados, y apenas tiene 17 unidades. Lanús respaldó el triunfo en lo mostrado durante el segundo tiempo, cuando se convirtió en amplio dominador, y por haberse sobrepuesto del resultado adverso.
La velocidad de los jóvenes y los aciertos de Luis Zubeldía en los cambios sustentaron tres puntos de oro. San Lorenzo salió abierto, con un sistema táctico flexible según la situación y la ubicación de la pelota en la cancha, aunque se lo notó nervioso frente a un ambiente caliente por el mal presente.
El primer grito llegó con Herrera, uno de los laterales-volantes, que aprovechó un rebote corto y la falta de coordinación del fondo “granate” -como en todo el torneo-. Su festejo y el del entrenador, Paolo Montero, reflejó el momento complicado que atravesaron en los últimos días.
El Granate se mostró desorientado, con asociaciones deslucidas en ofensiva y con dificultad para recuperar la pelota. Lo mejor se vio cuando el medio se conectó con José Sand y Lautaro Acosta e incomodó a Sebastián Torrico, que con dos atajadas mantuvo el cero. Y como el fútbol es dinámica de lo impensado una pérdida infantil de Alexis Sabella terminó en el gol de Acosta, que llevaba dos años sin festejos, y los hinchas estallaron nuevamente contra Marcelo Tinelli, el “hombre fuerte” de la dirigencia “azulgrana”.
Lanús, desde el inicio del campeonato, fue luces y sombras. Luces en el ataque y sombras en la defensa. Entonces esto le abrió las puertas a un partido atractivo, con San Lorenzo con la zona defensiva en oferta y al mismo tiempo tentado a poner varios hombres en ataque. Los dos renunciaron al mediocampo e hicieron un desarrollo de ida y vuelta por las necesidades de cada uno.