Lo que comenzó como una movilización semanal de jubilados en las inmediaciones del Congreso de la Nación se transformó en una jornada de extrema violencia. La presencia de hinchadas organizadas de distintos clubes de fútbol desplazó por completo a los manifestantes originales y generó enfrentamientos cada vez más graves con las fuerzas de seguridad.
En medio de los incidentes y destrozos la policía detuvo al menos a 89 personas durante la protesta que jubilados, hinchadas de fútbol, gremios y organizaciones políticas realizaron contra el Gobierno en las inmediaciones del Congreso.
Desde las primeras horas de la tarde, la situación comenzó a salirse de control. Barras identificados con camisetas y banderas de equipos como River, Boca, Racing, San Lorenzo y Huracán se mezclaron con agrupaciones políticas y desataron el caos en las calles. Mientras tanto, la cantidad de jubilados presentes era mínima, completamente opacada por el escenario de disturbios.
Disturbios, piedrazos y un operativo que no logra contener la violencia
Las imágenes transmitidas en vivo mostraron cómo los manifestantes arrancaban pedazos de vereda y los arrojaban contra los camiones hidrantes ubicados frente al Congreso. Con el correr de los minutos, la tensión fue en aumento y la violencia escaló rápidamente.
La respuesta de las fuerzas federales fue inmediata. Más de 850 efectivos de la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria se desplegaron en la zona bajo el protocolo antipiquetes. En Callao y Mitre, Gendarmería formó un cordón para intentar frenar el avance de los violentos.
La policía motorizada irrumpió en el lugar con dos camiones hidrantes para dispersar a los manifestantes, mientras que en la calle comenzaron a acumularse piedras, escombros y proyectiles improvisados.
Primeros detenidos y tensión en aumento
A una hora del inicio de los disturbios, fuentes oficiales confirmaron que ya hay cuatro personas detenidas: dos en calidad de aprehendidos y dos con detención firme. Sin embargo, la situación sigue siendo inestable y el riesgo de nuevos enfrentamientos se mantiene latente.
Con todas las fuerzas federales activadas y un clima de creciente violencia, la jornada que debía ser un reclamo pacífico de jubilados terminó convirtiéndose en un campo de batalla dominado por barras bravas y descontrol.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, encabezado por Patricia Bullrich, ordenó un despliegue masivo de fuerzas para evitar bloqueos en la vía pública. Sin embargo, la presencia de hinchadas de distintos clubes, entre ellos Chacarita, River, Boca, San Lorenzo, Huracán, Racing, Vélez, Banfield y Gimnasia, ha complicado el operativo.
Bullrich endurece el discurso: "El tránsito no se corta"
Desde horas de la mañana, Bullrich había advertido que no permitiría cortes de calles ni desmanes. Ahora, en medio de los disturbios, volvió a pronunciarse a través de su cuenta en la red social X: “Están nuestras fuerzas desplegadas para hacer cumplir el protocolo: el tránsito no se corta y los barras bravas, en la vereda”.
La tensión se mantiene mientras efectivos de la Policía intentan despejar la zona. Manifestantes denuncian represión, mientras que desde el Ministerio de Seguridad aseguran que actuarán con rigor para contener a los sectores más violentos.
Jubilados, hinchas y militantes: una marcha que escaló en conflicto
Lo que comenzó como una protesta de jubilados por mejoras en sus haberes se convirtió en una movilización con múltiples actores. A los adultos mayores se sumaron militantes de La Cámpora y organizaciones de izquierda, además de grupos de hinchas que, con bombos y banderas, hicieron notar su presencia.
Mientras tanto, la columna principal de jubilados ya llegó al Congreso, donde la Policía refuerza el cordón de seguridad. En este momento, los incidentes continúan y el operativo de control sigue en marcha.
La tensión no cede y la jornada promete seguir marcada por el enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad.