Para Gerard Piqué, la incomodidad que experimenta cada vez que debe recoger y dejar a sus hijos Milan y Sasha en el domicilio de su expareja, Shakira, es demasiado evidente. La actitud del catalán lo dice todo, entre la severidad de su rostro y la poca disposición que tiene para responder las preguntas de los medios.
Te puede interesar
Pero un pequeño percance tuvo lugar en su última visita: en su intento por no cruzarse con la prensa, el exfutbolista no vio que el baúl de su auto había quedado abierto.
Los nenes sacaron sus pertenencias y enfilaron hacia la mansión, pero ninguno cerró de vuelta, quizá bajo la convicción de que su padre lo haría después de asegurarse de que ya estaban dentro de la propiedad.
Piqué salió a toda velocidad del perímetro con la compuerta completamente abierta para sorpresa de los paparazzis, que no tuvieron tiempo siquiera de advertirle lo que ocurría en la parte trasera del vehículo.