La directora sueca Ninja Thyberg se introdujo durante siete años en la industria del porno para ofrecer el más auténtico y crudo retrato de este entorno
Pleasure es una película dramática de 2021 dirigida y escrita por Ninja Thyberg. Pleasure no es una película pornográfica, pero sí su argumento, que retrata el mundo de la pornografía de la manera más verídica posible. Pleasure no reivindica nada, pero dispone dar vos a unos trabajadores que no hacen más que cumplir con las exigencias de sus clientes. Pleasure es feminista ya que su objetivo, en palabras de la directora, es denunciar una concepción del sexo exclusivamente al servicio del hombre y que transforma a la mujer en simple mercancía. Pero el film también discute el feminismo (o parte de él) desde la defensa de “un porno ético”, de un porno realizado por mujeres, de un porno “diferente”.
“Las mujeres reclaman su derecho a desear”, manifestó la directora Ninja Thyberg y aclaró que la película no muestra nada en común con “ese extraño producto de éxito tan cerca de la apología de la violación que representan películas aceptadas socialmente como 50 sombras de Grey o 365 días”.
La película, seleccionada el año pasado en Cannes después de impresionar en Sundance, cuenta la aventura de una joven sueca que decide viajar a Los Ángeles para convertirse en estrella del cine para adultos. Su decisión es firme y completamente libre de escrúpulos. “Mi único método ha sido creer a mi personajes, ni juzgarlos ni psicoanalizarlos”, dijo Thyberg a modo de prólogo.
A su manera, el trayecto de la protagonista interpretada radiantemente por la actriz debutante Sofie Kappel (la única no profesional del porno en el elenco) consta cierta similitud con el de la propia directora. Ella también viajó al epicentro de esa industria “tabú” desde su Suecia natal y su propósito era completar el deseo o el trabajo de toda una vida. “Me empecé a interesar por el porno con 14 años. Mis amigas y yo leíamos novelas románticas y ligeramente eróticas con una idea edulcorada y muy falsa del sexo. Y así hasta que vi con mi pareja entonces una película porno. Lo que para él era excitante, a mí me resultaba degradante y brutal“, comentó para describir el principio de una obsesión que le ha perseguido hasta ahora que tiene 37 años.
Thyberg reveló que primero se convirtió en activista anti-porno para luego iniciar unos estudios de género que la colocaron en la necesidad de saber más. “Es el trabajo de mi vida y se puede decir que me he hecho una persona adulta en su elaboración“, comenta sin un asomo de ironía.
PRE RODAJE
Antes de su rodaje (que se completó en 25 días entre septiembre y octubre de 2018 ), la directora convivió durante meses en una casa con actrices porno, visitó infinidad de rodajes y ella misma presume de haberse entrevistado con absolutamente todos los que tienen que ver -mucho o poco, desde un género u otro, desde lo más extremo a lo más soft- con la industria. Desde el agente Mark Spiegler a actrices como Evelyn Claire o Aiden Starr, todos tienen su papel. “Lo que intento decir es que culpamos a las personas que hacen porno y las vemos como pervertidas, pero sólo están dando a los clientes lo que éstos quieren. Recuerdo que una vez estaba en un set con dos hombres negros y una niña apenas mayor de edad vestida de colegiala. El director estaba incómodo, se volvió a mí y me dijo ‘¿Qué les pasa a ustedes? ¿Por qué quieren ver esta mierda?’. No oculto que uno de los objetivos de mi película es que nadie que la vea vuelva a ver la pornografía de la misma manera”. Se toma un segundo y sigue: “En cualquier caso, no quiero que nadie se sienta culpable por excitarse. La culpa no es un sentimiento constructivo. Basta con reflexionar y ser consciente de que al colocar la vergüenza de tu propia sexualidad en las mujeres, ellas pasan a ser la pecadoras. Y es así como se construye el concepto de puta”, reflexionó crudamente.
La película no evita mostrar nada. “En realidad, nos las ingeniamos para que el espectador imagine más de lo que ve. Las reglas durante el rodaje fueron muy estrictas para que nadie se sintiera nunca utilizado”, precisó. Y pese a la precisión, todo se ve. Cada centímetro de vergüenza y también de dolor. Y de humillación. “Sí, todo eso está ahí, pero también el compañerismo, la amistad y la conciencia de ser nada más que un reflejo de todos nosotros. No quiero que sea una película sobre el porno, sino sobre la sociedad que lo cobija“, aseguró.
Tras ser consultada sobre si habría que prohibir el porno, dijo: “No creo que ese sea el camino. Lo creí de joven, ya no. Creo que el cambio tiene que venir desde dentro. Ahora mismo se está produciendo un cambio en la industria y las mujeres cada vez tienen más poder. Es importante apoyar esa transformación ya en marcha… Tendríamos que centrarnos en sostener y promover el sexo consensuado. Hay que acabar con la imagen del hombre depredador de un objeto sexual que es la mujer. Es un cambio en el porno, pero sobre todo en la mente de todos. Los jóvenes sólo ven sexo explícito en el porno y creen que ésa es la única manera. Eso es lo que hay que cambiar”.