En 1932 Aldous Huxley imaginó en un mundo feliz un futuro distópico dominado por un Estado Mundial en el que el sexo libre, la farmacodependencia, el placer y el entretenimiento permanente y exacerbado se convertían en sistemas de control social para erradicar el pensamiento individual y libre. Nunca tuvimos tanta información y estamos tan desinformados. La sociedad no busca información, solamente busca confirmación. Escuchar solamente lo que quiere escuchar.
Veamos qué ha ocurrido y concentrémonos en los últimos dias.. Porque, lo que en el resto del mundo puede transcurrir en la historia completa de algunas Naciones, si es que ocurrieran, acá ha pasado en unos pocos días.
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El Gobierno que venía a luchar contra la casta, contra la corrupción, contra los vaivenes ideológicos; el mismo gobierno que iba a terminar con los nombramientos permanentes de funcionarios familiares y amigos, como lo hizo Alberto Fernández, ha dejado estás ideas atrás.
El Presidente fue parte de una estafa. Solo hay que meterse en el link de VIVA LA LIBERTAR PROJECT para ver la calidad mediocre y absurda de la inversión. El mismo presidente que promociona estás inversiones para que Argentina crezca, luego trata a estas como una timba tan aleatoria e impredecible como la ruleta de un casino.
El problema toma ribetes internacionales. No lo pueden explicar. Y cuando explican, los mismos protagonistas se confunden y se empantanan. Todo quedó expuesto en la fallida entrevista de la interrupción de Santiago Caputo.
Macri dice que todo esto es muy grave y se debe investigar hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, a la hora de votar, sus Senadores Nacionales (del Pro), votan contra la conformación de una comisión investigadora. Al mismo tiempo, el presidente Milei deja la investigación en manos de una empleada directa de quién, en esa entrevista fallida, el mismo presidente Milei dice que será su defensor, el Ministro de Justicia de la Nación, Cuneo Libarona.
Hacen una reunión con especialistas, para que expliquen lo que sucedió con el Token y el dinero. LLA y el Pro no asisten, demostrando su poco interés por querer saber y entender lo sucedido. Estamos ante la posibilidad de que el Presidente sea parte de una estafa y nada de esto importa. Lo único que interesa es demostrar total devoción y entrega al líder que, con la guillotina en la mano de su hermana y las armas de su equipo de comunicación, controla todo y hasta les dice, qué deben pensar, cuándo lo deben pensar y hasta dónde pueden pensar.
Ante este escándalo que aún no terminamos de entender, el ejecutivo nombra dos Supremos por decreto. Fuerza la Constitución que venía a defender. Pero ni la Justicia, ni el senado dicen nada sobre la intromisión del Ejecutivo en sus ámbitos y el desprecio por la división de poderes. Alberdi, el prócer que diseñó, le dió sentido y forma a la carta magna, miraría absorto este menoscabo por la institucionalidad del País.
Sumado a este enorme desconcierto, el gobierno ha dado marcha atrás con su batalla a favor de Ucrania. Aún recuerdo a la emocionalmente desbordada diputada Lemoine, haciendo un viaje a Ucrania, al mejor estilo corresponsal de guerra, para apoyar la causa de ese país y ese pueblo. Aún flamean en nuestra memoria, banderas ucranianas encabezando las marchas y adornando los atriles de los discursos del libertario. Pero ya no. Desde hace un par de días, nuestras convicciones son otras.
También, hace unos días, nos enteramos del despido de una funcionaría por un exabrupto con los discapacitados. Dieron marcha atrás con esa resolución, sacaron a una persona de responsabilidad media, pero no tocaron al responsable directo, que no es otro que el, en su doble rol, es abogado personal del Presidente.
Y ahora, el escenario ha sido la apertura de sesiones del Congreso de la Nación. Esta vez, sin prensa, por decisión de la directora general, Karina. Un actor de reparto ha tomado el rol protagónico haciéndose nuevamente el dueño de la escena central, tal como ocurrió en la entrevista con Viale. Hablo del mago del Kremlin, “Santi -el interruptus violentus- Caputo”.
Ya nadie habla del discurso, solamente de la provocación del patotero al diputado-científico, que, en vez de darle un cross de izquierda y dejarlo dormido en el piso al estilo Balboa, toma la brutal y arriesgada decisión de hacer una denuncia por dos golpecitos en el pecho.
Victoria, involuntariamente interrumpe el discurso que parecía ya haber terminado, discurso que se repite una y otra vez. El presidente le dice que espere, que todavía no ha concluido. Un detalle mínimo. Sin embargo, esto despertó la furia de la espada más filosa de este gobierno y nuevamente nuestra Vicepresidente tiene que volver a soportar las palabras y agresiones de una descontrolada, insípida e ignorante Lilia Lemoine.
Y después, llega el momento de festejar. El tradicional banquete con los lacayos. Un remake del festejo de los héroes que desfinanciaron a los jubilados.
En resumen, el Presidente, eclipsado por Caputo, intenta dejar atrás unos días de locura, desilusión e incertidumbre, para una Nación que sigue esperando ver la luz al final del túnel.
Pero, como dijo Aldous Huxley hace 93 años, cuando trató de explicar cómo sería ese mundo distópico que hoy estamos viviendo, “Los hechos no dejan de existir, aunque se los ignore”.
Luis Giachino/La Juan Bautista