Un avión privado Challenger 300 se despistó este miércoles al intentar aterrizar en el aeropuerto de San Fernando y terminó impactando contra viviendas en las inmediaciones. El accidente dejó un saldo fatal: murieron el piloto, Pablo Fernández Loza, de 44 años, y el copiloto, Agustín Oroforte, de 35. Ambos eran los únicos tripulantes a bordo.
La tragedia
El incidente ocurrió a las 13:15, cuando la aeronave matrícula LV-GOK, propiedad de la familia del empresario Jorge Brito, no logró detenerse en la pista, atravesó el alambrado perimetral del aeropuerto y terminó en una intersección de calles residenciales. El impacto provocó tres explosiones consecutivas que dañaron gravemente una vivienda y calcinó un vehículo estacionado.
“Se desconoce aún la causa del despiste”, señalaron las autoridades, mientras el Juzgado Federal N.º 1 de San Isidro, a cargo de Sandra Arroyo Salgado, ya investiga el hecho.
El perfil de las víctimas
Agustín Oroforte, copiloto y empleado del Banco Macro, tenía una extensa trayectoria en la aviación y se destacaba como piloto privado y comercial con habilitación para el modelo Challenger 300. Residía en Posadas, Misiones, pero era originario del oeste del Conurbano bonaerense. En sus redes sociales, donde compartía videos de vuelos y momentos personales, reflejaba su pasión por la aviación y su vida junto a su pareja y su perra Nikita.
Por su parte, Pablo Fernández Loza, piloto principal, trabajaba para Aerolíneas Argentinas y anteriormente para Austral Líneas Aéreas. Vivía en Munro y compartía su amor por volar con uno de sus hermanos, también piloto.
Reacción y operativo de emergencia
Tras el siniestro, efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, bomberos y la Policía Federal acudieron de inmediato al lugar. Aunque no hubo heridos graves entre los residentes, varios vecinos fueron evacuados y asistidos debido al impacto emocional y el peligro latente.
El recorrido del avión
El Challenger 300 había despegado esa mañana desde Punta del Este con destino a Buenos Aires. Propiedad de la familia de Jorge Brito, el jet era conocido por su tecnología y eficiencia, pero esta vez no logró evitar el desastre.
Investigación en curso ya que las autoridades trabajan para esclarecer las causas del siniestro. Mientras tanto, el accidente reaviva el debate sobre la seguridad en las operaciones de jets privados en aeropuertos cercanos a áreas urbanas.