Virginia Tejerina y Juanita Burgos expresaron sus respectivos mensajes combinando convencimiento, espiritualidad, didáctica y expresividad durante esta entrevista, amena y formativa a la vez, para echar luz acerca de qué significa el mensaje de Bruno Gröning, el cual es difundido por 130 países, al menos.
El reflejo de esta conversación con este equipo periodístico combina fidelidad a una idea base y a cómo su divulgación en cualquier parte del planeta ayuda a miles de personas para afrontar las vivencias cotidianas que nos rodean a diario.
Dado que ambas participan de esta actividad, las respuestas están fusionadas en cada pregunta como modo de integrar el mismo pensamiento expresado a dos voces.
Aquí presentamos el extracto de este encuentro, que también actúa como un prólogo al evento del próximo 5 de noviembre en el Centro de Congresos y Exposiciones Gobernador "Dr. Emilio Civit", sito en Avenida Peltier 611, segundo piso, a las 16:00 y a las 20:00, 2do. piso, Sala "Horcones".
- ¿Cómo definirían sintéticamente qué significa este punto de encuentro que, cada vez más, amplía la cantidad de adherentes?
- Tengo fe, creo y sé que estoy cuidada y protegida. Todos tenemos seres de luz que nos cuidan y nos protegen, pero cuando uno le pone nombre, el momento llega solo. Somos seres espirituales transitando en este cuerpo una experiencia en este paraíso terrenal. Somos quienes nos encargamos por ahí de divulgar el tema.
Siempre he sido creyente pero ahora este es un camino diferente. Es certero y sano. No hay nadie que tenga un interés específico. Nadie tiene un interés de ego, todos somos iguales y todos vamos al mismo lugar a buscar una conexión. Y, si somos más buscando una conexión divina, es más potente que si estamos solos. Ese es el objetivo de la hora de comunidad cuando nos reunimos.
Sola puedo estar en mi casa para leer los libros, las historias, todo lo que la gente dice, pero juntos unidos en oración o en conexión es muy fuerte. Salimos todos diferentes con fuerza y energía para el mes.
- ¿Cómo se conectaron con el Círculo de Amigos y cómo ha sido la experiencia?
- Muchos buscan una ayuda porque hay alguna dolencia con pronóstico incurable. Otros están buscando una solución a su adicción. En mi caso particular no buscaba nada y me enteré a través de mi hija mayor, Estefanía, que conoció al Círculo de Amigos a través de otra amiga de la facultad, quien la invitó. Nosotros habíamos salido de un accidente de tránsito complicado con mi otra hija y ella encontró en este círculo paz y tranquilidad, pero no me contaba y, como mamá, la veía salir cada tres sábados; se subía a su auto y se iba. ¿Adónde iba?, me pregunté. Entonces, un buen día me dice "mamá ¿me quieres acompañar?"
-¿Y entonces ese hecho personal las llevó a conectar?
- Sucede que llegué, y previo a participar de una hora de comunidad hay una charla informativa que dice quién es Bruno Gröning, en qué época nació, qué dijo y, además, un poco de la historia del Círculo de Amigos. Para mí, en ese momento, eran palabras que entraban por un oído y salían por el otro. Nunca escuché de qué hablaba la guía. Me impactó la imagen de Bruno Gröning con esa mirada penetrante y, donde yo miraba, sus ojos me seguían. Me preguntaron si quería participar de la hora de comunidad y dije que sí, por lo que ingresé a la sala y empecé a ver personas jóvenes, mayores, todas contentas, además había una música suave y un ambiente muy bonito, pero yo estaba atenta a otra cosa: qué es lo que se decía, qué actitudes y todo era como bonito.
- ¿Cómo siguió todo?
- Me senté en la última fila, en una posición cerrada, y entonces mi hija se sienta al lado mío y me dice en qué posición debo sentarme. Ingresé al Círculo de Amigos por curiosidad y por saber dónde estaba mi hija. Yo no necesito nada, estoy bien, no tengo ningún problema de salud y no tengo problemas en mi trabajo. Yo pensé que no los tenía, entonces transcurre el tiempo y, en un momento equis le digo a mi hija: “No voy más” porque nuestra comunicación madre e hija tenía cortocircuitos. Pensé que no yendo más estaba castigando a mi hija porque vos, al final, vas a ese lugar y no cambiás, pero al final me daba cuenta de que era yo. Mis dos hijas continúan participando de la hora de comunidad y me vuelven a invitar. Era en otro lugar, la misma guía y ese día realmente abrí mi corazón y lloré. Ahí realmente sentí la energía. Ahí supe que esto era bueno, que yo soy la primera que debo sanar para poder ayudar, y entonces ese fue mi motivo. No buscaba nada, realmente fue la curiosidad la que me llevó al Círculo de Amigos. Con mi marido buscamos por internet y dijimos: “Esto no pude ser malo, obviamente” y así fue como empecé a participar de las reuniones. Realmente es todo un camino, es un paso y por ahí retrocedés dos pasos, pero siempre está la posibilidad de volver a conectarse con Dios a través de Bruno Gröning.
- ¿En dónde queda el lugar de reunión en Mendoza?
- Hay dos comunidades en este momento, y ambas estamos compartiendo el mismo espacio físico. Es el centro de Congresos y Exposiciones. Nosotros ocupamos la sala Nihuil y la otra comunidad ocupa la sala Horcones.
- ¿De qué manera se maneja el Círculo de Amigos?
-Les quería comentar que el todo el Círculo se maneja con donaciones voluntarias. Bruno Gröning, en su historia de vida, nunca solicitó dinero a cambio de, sino lo único que pedía es que la persona que recibía la sanación escribiera un informe, y esos informes desde 1945, aproximadamente, están todos archivados en Alemania y son testigos de todas las curaciones bíblicas que ocurrieron en los momentos que él se presentaba a multitudes. Desde personas que volvían a recuperar la vista, personas que dejaban las muletas y caminaban, personas que estaban en una camilla y se levantaban sanos, diagnosticados con enfermedades incurables y sanaban con la presencia de él, confiando en él y creyendo en Dios, ése es su mensaje.
- Aportes voluntarios, en síntesis...
- Es que todo lo que nosotros hacemos y todo el material que nosotros proveemos es en forma de donación, en forma gratuita a los nuevos interesados. Lo único que se pide es una pequeña colaboración, porque lo que sea siempre será bienvenido.
- En un contexto social tan especial de Europa en 1945, qué podía ver la gente en Bruno Gröning?
- Bruno Gröning, desde niño, manifestó una conexión diferente. Una conexión con la naturaleza, ya que él se comunicaba con animales. Tenía esa sensación desde niño de poder trasmitir el amor y la confianza. Bruno transitó las guerras mundiales con diferentes edades. En la Segunda Guerra Mundial estuvo detenido. Lo que él hablaba era de esta conexión con Dios, de que era posible estar bien y que era posible sanar, pero nunca prometió nada, nunca dijo 'ven al círculo, ven conmigo que yo te voy a sanar'. Él prometió que, mientras uno se conectara con esta energía, que uno dejara la carga y se conectara para recibir esta ayuda, él podía sanar. Hay una parte en la que dice “todas las enfermedades se pueden sanar” porque no hay imposibles para Dios, pero no todas las personas y todo depende de la fe. En ese momento, la gente estaba agobiada, no solamente económicamente sino mentalmente, porque pasar dos guerras no debe haber sido sencillo. Esa gente buscaba otra palabra. Entonces ya estaba Bruno Gröning hablando de esta nueva enseñanza, con sus discursos. Él reunía poca gente en diferentes casas de familias y hablaba de cosas sencillas como decir "yo soy un transformador porque la energía divina es potente y es fuerte, pero yo voy a transformar esta energía para que vos la puedas recibir y puedas sanar".
- En esos momentos tan particulares, él sufrió algún tipo de rechazo?
- Sí, y no de la gente, sino que se empezaron a acercar, en la historia de su vida, personas que veían lo económico como un punto de referencia, como una ganancia. Gente que decía "bueno, podés venir a este hospital, pagar y nosotros te vamos a sanar", pero él se negó. Estuvo cuestionado no solamente por la ciencia médica sino también por gente que decía "¿cómo hace? porque no cobra, cómo vive, cómo creer que una persona puede sanar conectándose solamente a Dios... no puede ser". Entonces fue prohibido y perseguido.
- ¿Quién lo prohibió, desde que momento y por cuánto tiempo?
- Lo prohibió la justicia hasta la fecha de su partida física de esta tierra. El no seguía reuniendo multitudes, sino que iba a casa de sus amigos, de pequeños grupos y la gente que se enteraba de que él estaba, aunque estuviese detrás de la puerta, él lo sanaba, era sanado. Luego él se va a Francia, no se recuerda bien el día, pero allí el comienza a sentir una dolencia en su cuerpo y sabia qué día iba a partír de esta tierra, a qué hora y en qué momento.
- ¿Qué sucedió con la reacción de los profesionales de la medicina?
- Él era rechazado netamente por los profesionales de la salud. Los profesionales que diagnosticaba sabían que había un diagnóstico terminal, como también que el paciente no volvía más o, si volvía, decían 'estoy sanado' ¿por quién? Por tal persona, y no era él. Bruno Gröning lo expresa en el juicio, cuando lo judicializaron alegando que alguien que no es médico no puede sanar. “Nunca los testigos en el juicio dijeron que fue Bruno Gröning, sino fue Dios a través de él. Era su energía divina a través de él”. La energía la transformaba a través de su cuerpo. Cuando Virginia (una de las entrevistadas) decía que se va a Francia, cuando ya no lo dejaban curar, estaba totalmente prohibido. Hasta incluso él podía ayudar de acuerdo con su fe. Él sabía que usted tenía fe y creía. Decía "piensen en un familiar, padre, hermano que estaba enfermo y que cuando volvía a casa estaba sano, a través de la fe". No era Bruno Gröning, era Dios. Si alguien en el juicio hubiera dicho que fue Dios a través de Bruno Gröening, que era un humano como nosotros, con problemas, ahí estaba el rechazo a su misión.
- ¿Qué otras explicaciones dio en esos momentos?
- Ahí fue cuando dijo que su misión era sanar y que, si no podría cumplir con su misión, se iba a ir. Y por dentro de su cuerpo estaba quemado. Ni siquiera un cáncer podría haber quedado así. Su cuerpo estaba totalmente calcinado. Los mismos profesionales que hicieron su autopsia no entendieron como él seguía viviendo, pero era porque él no podía sanar, ya que no se lo permitieron.
- ¿En qué se basa la enseñanza de Bruno Gröning?
- La enseñanza de Bruno Gröning se basa en el orden divino. Entonces, todos los amigos de la comunidad estamos dentro de un orden. En ese orden que él hablaba estaba esto de que, si yo voy a actuar sanando, no estoy en el orden porque, si la justicia me lo está prohibiendo, yo voy a cumplir lo que la justicia dice; entonces, él no sanaba. Por eso, esa energía que él tenía y podía transmitir. Él se consideraba un transmisor, transformador de esa energía. Esa es la palabra correcta. Esa energía quedaba en él y, cuando parte físicamente, se le hizo una autopsia y estaba quemado por dentro.
- ¿Por qué creen que los sacerdotes estaban en contra de Bruno Gröning, si él también era un transmisor de la palabra de Dios?
- La misión de Bruno Gröning es ayudar al necesitado y no está buscando personas sanas. Está buscando las personas que lo necesiten. Las que necesiten sanar su cuerpo, pero, para sanar su cuerpo, deben sanar su mente y él no predicaba en absoluto ningún dogma. Simplemente pedía que cambies tu forma de pensar. Nunca marcó una regla que seguir. Simplemente era tu libre albedrio de cambiar la forma de pensar en lo negativo, en lo malo...como hablar permanentemente de una enfermedad del otro...no hay necesidad. Por eso, es que yo decía de lo espiritual cuando uno se conecta con los animales y con la naturaleza, que no hay forma de que haya algo negativo. Él instaba a eso en las personas.
- ¿Cómo se podría sintetizar la misión de Bruno Gröning, entonces?
- En que si vos creías que la energía divina a través de él entraba en tu cuerpo y te sanaba, era tu fe. Él te podía ayudar y nada más. Él te insta a que, si vos sos católica, que vuelvas con consciencia (con la postura) a recibir lo que vos sentís en tu iglesia y con tu creencia, que él nunca rechazó. El problema creo que es, desde mí reflexión, que donde él estaba, las personas que estaban ahí sanaban, pero porque él sabía lo que pensabas, lo que sentías y, si sabía que tenías fe, te llegaba la energía divina y te sanabas. Ahora, al final, cuando él se va, pasa un tiempo. La persona que lo sigue fue a desenmascararlo. La persona que levantó de nuevo la comunidad de Bruno Gröning fue, y cuando lo hizo llevó a una persona ciega y dijo "quiero ir a verlo, es un charlatán". Y ella, para desenmascararlo, llevó a la persona para que vea realmente que era un charlatán, pero ve que esta persona logra recuperar la vista (Grete Häusler). Ella tenía varias enfermedades incurables de por vida, lo sabía y vivía con ellas. Ella recuperó su salud física completa y el orden completo de todo su cuerpo y no lo podía creer. Fue su seguidora número uno y es la que levantó de nuevo y abrió lo que hoy es la hora de comunidad. Es el Círculo de Amigos de todo el mundo. Ella tenía familia y dejo todo para que resurgiera el Círculo de Amigos de Bruno Gröning; su misión era esa.
· ¿Has tenido la oportunidad de invitar a otras personas para sumarlas al Círculo de Amigos?
- Si, es un tema que no dejamos de hablar, porque primero que somos mensajeros de esta enseñanza. Hablamos con la familia, hablamos con nuestros amigos. Hay algo que te puede ayudar. Hay momentos de necesidad por el motivo que sea, como angustias, y hay alguien que te puede ayudar. Tomá, leé, fíjate, averiguá y vení a convencerte, nada más. Entonces sí, mucha gente se acerca y hace su primera charla, que es comunicarle, informarle de qué trata esto y después, como dijo Juanita, el libre albedrío es el que decide. Sigo acá en lo mismo o quiero cambiar y elijo esto; ese camino es día a día. Vuelvo a repetir: un paso, dos pasos, estoy bien y vuelves para atrás. Y preguntas: ¿por qué yo? ¿Y por qué no? Entones, la pregunta es: ¿para qué?, ¿qué tarea tengo?, ¿qué tengo que aprender de esto?, y ahí es que empiezas a encontrar respuestas del para qué. Porque uno dice “¿por qué un bebe?”, “¿por qué un niño?”, “¿por qué esto?”, “¿por qué tan joven?”. Es la vida que nos tocó, es el para qué. Entonces, en función de eso, nosotros vamos invitando nuevas personas y vamos haciendo esta difusión. Esta conferencia, esta charla medica informativa, también tiene esta finalidad de que no solamente las personas que somos integrantes del Círculo de Amigos, sino que ustedes puedan escuchar qué Bruno Gröning trae su legado, deja su legado, lo dejo escrito, lo dejo en audios y en cintas que él grabó. Es hermoso escuchar su voz de él y que podemos todos elegir este camino y estar mejor. Pero depende de cada uno de nosotros, de cada persona.
- ¿Con qué nos vamos a encontrar el 5 de noviembre?
- Con un evento netamente informativo a nivel profesional. La experiencia de un profesional de la ciencia de la medicina, que ha vivido y sigue viviendo de la medicina con paralelamente este ámbito o esta dimensión espiritual. Él sintió la ayuda personal y es el matrimonio, porque es un matrimonio el de farmacéutica. Vivieron, experimentaron esta ayuda espiritual, esta sanación y, a su vez, dentro de la medicina, en el ámbito de su labor como médico y farmacéuticos, ayudan a los pacientes con la medicina y también los invitan a través de la dimensión espiritual que se pueden sanar porque les hace ver que la medicina, la ciencia llega a un límite, tiene su límite, tiene su ayuda hasta un cierto nivel y no la descartan, porque siempre hay una sugerencia de un médico. Esto es lo que tengo, ¿lo acepto o no? Esto es lo que me dejó la ciencia, ¿lo acepto? Si lo acepto y lo tomo, voy a vivir lo que me dice la ciencia. Si no, no, no lo acepto. Yo creo que hay una energía divina, potente, que no la conozco y me puede sanar. Hay muchos, muchos escritos y relatos, hasta libros, sobre casos reales de gente que ahora pueden dar el testimonio verbal y personal de esta experiencia. En este caso, son dos médicos que vienen. Justamente esto lo hacen como una tarea. Ellos no vienen a cobrar, incluso el ingreso es gratuito. Ellos van a dar esta conferencia e incluso tienen testimonios de otras personas, incluso de acá de Mendoza, que han experimentado esta sanación después de un diagnóstico terminal de la ciencia médica. O sea, van a hablar profesionales de la salud hasta dónde llega la ciencia de la medicina y cuándo comienza la sanación espiritual de la persona.
-Han citado que Bruno Gröning nunca dijo “no vayas a ver a un médico”. ¡Pueden ahondar en este concepto?
Él dijo: “hay un tratamiento y lo tienes que seguir”. Incluso, nosotros cuando hacemos nuestra oración que se llama einstelen, pedimos por la salud, por la plena salud, por el orden divino en el cuerpo y en el alma de la persona que está transitando esa dolencia. No hablamos de enfermedades, no hablamos de que “tengo tal cosa”, “tengo tal otra”, no. Porque desde el momento que yo pedí ayuda a Bruno Gröning, entregué y solté, entonces ya no es mío. Si yo digo: “Lo tengo”, lo tengo. Si yo digo: “Tengo dolor de cabeza”, pues es que lo voy a tener al dolor de cabeza. “Y voy a tener un día feo” y pues que voy a tener un día feo porque mentalmente me estoy predisponiendo a eso, a que suceda. Entonces, cuando pedimos por la persona que está transitando una dolencia, pedimos por él, la plena salud y el orden divino. No solamente del cuerpo sino del alma. Por los profesionales que lo están atendiendo, por la medicación que está recibiendo, que sea la correcta y todo dentro del orden divino. Esa es nuestra forma de pedir por una persona que está transitando una dolencia y no le decimos enfermedad y no le ponemos nombre tampoco a la enfermedad. Es una dolencia.
·¿Quisieran agregar algo más?
La actividad del Círculo de Amigos se difunde de la forma que les comenté a través de todo un grupo de tareas porque no tomamos como un trabajo sino como una tarea. Es muy importante saber que actualmente está en más de 130 países que cada vez que hay una conferencia de nuestro guía, de nuestro presidente. Tenemos un presidente el señor Dieter Häusler, hijo de la señora Grete Häusler, que legó este camino, esta guía: Podemos hacerlo a través de la tecnología, conectarnos a través de un celular o de una computadora. En ese momento, en el momento de una conferencia que son diferentes tipos de conferencia, hay traductores en todos los idiomas, entonces uno elige la sala que quiere ingresar. En nuestro caso, en español, si la transmisión es en alemán. Inglés, francés, portugués. Todos los idiomas, inclusive dialectos, porque hoy en día las comunidades están en lugares donde habitan nativos con sus dialectos. Todo, como les dije, es a base de donaciones y es también una donación el hecho de poder difundir esto. Todo el material es gratuito. Hay desde libros donde se cuenta la vida, la historia, donde se relata la vida y la historia. Todos los meses, nosotros que estamos en el Círculo de Amigos recibimos un convenio de todas las ayudas que transcurrieron en un trimestre, que se documentaron y que se conforman en una “carta de enseñanza”. Se llama así, “carta de enseñanza”. Hay una música especial que ayuda a adquirir esta relajación, este momento de inquietud mental, de paz mental donde dejamos lo que nos está picando en la cabeza como una preocupación y podemos sentarnos, abrir las manos y conectarnos con esta energía divina.
-¿Alrededor de 130 países son los que se han conectado?
Sí, es impresionante. Pero es impresionante las sanaciones que la gente recibe. Uno dice: “Es un milagro”, no es un milagro. Es la transformación mental de uno. Uno ordena todo. Ordenando la mente, se ordena el cuerpo y al irse ordenando el cuerpo, se va sanando y se va limpiando, eso es lo que yo entendí. No hay nada mágico, no hay nada. Bruno lo decía. Cuando decía que salía al balcón, estaba todo parado y la gente, toda desesperada, lo único que les pedía es que no hubiera contacto entre sí. Y la persona que iba con fe y creía, se sanaba, personas que habían nacido más o menos en el camino de Jesucristo, pero Jesucristo era un Mesías, él no; ésa es la diferencia con la iglesia católica. Bruno no buscaba un reconocimiento en la tierra de ninguna manera, ni que era un Mesías, ni que lo declaran santo, ni nada. Él tenía una misión, Fue un ser humano especial, porque vivió todo lo que vivimos nosotros. Una familia donde eran varios hermanos y era maltratado por la misma, porque los padres y los hermanos veían que era un niño diferente. Se iba días y días al campo, al bosque, donde se conectaba con la naturaleza y los animales, siempre llevaba una bolsa de pan y la escondía y la guardaba, y le decía a la familia va a venir una guerra e iba guardando comida. Pero ni él mismo se daba cuenta. Era un niño, él iba con la madre al hospital y la gente siempre quería que fuera. Incluso los pacientes, porque cuando él iba, nadie lo sabía, ni el mismo. Los pacientes sentían una mejoría, sentían algo diferente. El empezó ya de adulto a cumplir su misión, cuando la entendió. Se casó, tuvo hijos. Luego su esposa lo dejó por la misión que él tenía, lo separó de los hijos y él se volvió a casar con una mujer que lo acompañó. Fue un ser humano común pero especial, no buscó que lo canonicen, no: él tenía una misión clara como todos la tenemos. El día que uno entiende su misión es tan feliz... él nunca recibió un peso de la gente. La gente lo acobijaba y le daba un plato de comida. Nunca recibió un peso, dijo “el día que lo haga se termina mi misión”. Viajaba gente de Estados Unidos y le ofrecían oro por la sanación de un hijo o ser querido. Bruno no era un sanador, simplemente veía a la persona si estaba abierta y sabia, de corazón, que podía llegar esa energía que necesitaba; nada más.
Entrevistas: Giuliana Malanca y Candela Chacón.
Edición periodística: Fabián Galdi