El 7 de febrero del corriente año, Betiana Solange Rossi había huido de su casa del barrio porteño de Villa Real, tras una discusión con su novio. Familiares y amigos comenzaron a buscarla desesperadamente. Por última vez se la había visto en Tres de Febrero, en las inmediaciones de la estación Sáenz Peña del ferrocarril San Martín, cuando salía de un supermercado y cruzaba las vías.
Días posteriores, encontraron en la zona su riñonera, DNI y celular, y demás pertenencias. Todo había sido limpiado, por lo tanto no encontraron huellas digitales. Sin embargo, hace unos días, los investigadores lograron abrir el teléfono y detectaron movimientos en las redes sociales de la joven.
Este sábado, un hombre que caminaba por una zona de cabañas en construcción, cerca de un camino isleño en Escobar, la reconoció y dio aviso a la policía de inmediato. Betiana está sana y salva.
Según revelaron los primeros datos, cuando los oficiales arribaron al lugar, Rossi habría afirmado que "no tenía ganas de ver ni hablar con nadie". Ahora se espera que la Justicia disponga de hacerle estudios físicos y psicológicos para determinar su estado.