La Caverna de las Brujas es uno de los sitios más buscados por el turismo interno e internacional. Solo 65 kilómetros la separan de la villa cabecera de Malargüe
Por Jorge Sosa / Mendoza te cuenta
La extensión de la formación geológica aún no ha sido totalmente relevada. Comenzó su formación sobre roca caliza hace alrededor de 200 millones de años. La continua filtración del agua fue creando, durante miles de años, galerías, columnas, velos, estalagmitas y estalactitas. Sus sitios más requeridos por los turistas son la Sala de la Virgen, La Gatera, la Sala de los Encuentros, la Sala de las Flores y la Cámara de los Dioses.
El nombre proviene de una antigua leyenda que narra la historia de dos cautivas blancas capturadas por un malón de los pobladores nativos de la zona. Era costumbre de los captores desollar los pies de los cautivos para que no pudieran huir. Las dos mujeres aprovecharon un descuido de los guardianes de la tribu y corrieron sin dirección.
En su huida dieron con la entrada de la caverna y se refugiaron en ella esperando que la amenaza de sus seguros perseguidores se desvaneciera. Temiendo ser apresadas otra vez y desolladas, solo salían de la caverna de noche a buscar leña y alimentos. Los nativos las descubrieron pero la caverna les daba temor y no fueron por ellas.
Al tiempo notaron que ya no dejaban huellas de sus nocturnas incursiones. Entonces se acercaron, llenos de desconfianza pero también de curiosidad. Al aproximarse a la boca de acceso dos revoloteos en el aire los asustaron. Eran dos grandes lechuzas que huyeron volando de la misteriosa oscuridad del interior.
Temerosos se apartaron del lugar atribuyendo a la condición de brujas de las mujeres la que les permitía convertirse en aves para prescindir de sus pies y huir volando. De la antigua leyenda, el origen del nombre actual.