El grito que abrió el marcador para el Xeneize frente a Newell’s fue el clímax de una jornada plagada de emociones en la Bombonera, con la imagen de Diego siempre presente
El enfrentamiento entre Boca y Newell’s generó que la Bombonera se transformara en uno de los principales epicentros de los homenajes al astro, que murió el miércoles 25 a los 60 años. Y la emoción se profundizó con la presencia de Dalma, una de las hijas del ex capitán de la Selección, en el palco que perteneció históricamente al Diez.
La transmisión oficial la mostró en el epílogo del minuto de silencio: se la vio con un tapabocas verdes, los ojos rojos, apoyada en la ventana del palco y apoyando su cabeza y cabellera en uno de sus brazos. Toda la previa tocó las fibras íntimas de los fanáticos de Pelusa. La suelta del barrilete cósmico, las banderas, los hinchas reunidos en los alrededores del estadio recordándolo, los dos equipos con camisetas alusivas (todos los futbolistas del Xeneize tuvieron el “Maradona” sobre el dorsal, reemplazando sus nombres), la conmoción de varios de los más experimentados (como Maxi Rodríguez y Pablo Pérez)… Hasta el autito, main sponsor de la Copa de la Liga Profesional (hoy llamada Copa Diego Maradona) estuvo adornado por una casaca auriazul.
Pero fue en el primer gol de Edwin Cardona, en ese tiro libre excelso que abrió el marcador para el local, donde llegó el clímax emotivo. El colombiano colgó la pelota de un ángulo, convocó a sus compañeros, y juntos fueron hacia la zona de los palcos. Pidió la casaca de la Selección con la 10 en la espalda, la posó sobre el césped y los 11 jugadores comenzaron a aplaudir el símbolo. Allí la transmisión volvió sobre Dalma, quien rompió en llanto, dejando aflorar sus sentimientos.
El 2-0 también tuvo dedicatoria para el campeón del mundo en México 86. Cardona cerró la buena jugada colectiva con un toque a la red y corrió para donde estaban las cámaras. Ahí se señaló la imagen de Maradona impresa en la parte frontal de la casaca.