El dato revela la magnitud del desastre ambiental que ocasionan las llamas. La Pampa es la provincia más afectada
Sólo en los primeros 50 días del año se quemaron más de 60 mil hectáreas, lo que equivale a tres veces el tamaño de la Ciudad de Buenos Aires, comparación que da cuenta de la magnitud del desastre ambiental que ocasionaron las llamas, principalmente en la Patagonia.
De acuerdo al último reporte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, publicado este sábado, entre el 1º de enero y el 20 de febrero los incendios afectaron un total estimado de 61.760 hectáreas, es decir 617,6 kilómetros cuadrados: la Capital Federal tiene una dimensión de 200 kilómetros cuadrados.
Foto: NA/@alferdez
La provincia más afectada en el período reportado fue La Pampa, que sufrió la pérdida de 24.158 hectáreas a manos de las llamas.
En tanto, Río Negro registró hasta el 20 de febrero un total de 11.302 hectáreas arrasadas por los incendios, mientras que Corrientes, Buenos Aires y San Luis lamentaron 6.766, 4.714 y 4.000, respectivamente.
Por su parte, Chubut vio cómo los focos ígneos hicieron desaparecer 3.864 hectáreas de bosque patagónico, así como en Santa Cruz la cifra ascendió a 2.006; en Mendoza, a 2.033; y en Neuquén, a 1.239.
Datos del Servicio Nacional de Manejo del Fuego.
En tanto, a este sábado se registraban siete incendios, en Río Negro y Chubut: cuatro estaban controlados y tres permanecían activos (El Boquete, en Bariloche; Cushamen, en Las Golondrinas; y Tehuelches, en Río Pico).
Foto: NA/@juancabandie
El fuego genera una alteración significativa en el sistema natural que provoca la pérdida de biomasa, estructura vegetal, fragmentación de hábitats y pérdida de especies endémicas de la región: se ven afectados los servicios ecosistémicos que brindan los distintos ambientes, como los valiosos servicios que aportan humedales y bosques.
El impacto más notorio sobre la fauna se presenta en la pérdida de su hábitat y nichos ecológicos, reduciendo la diversidad y su abundancia relativa, con un efecto prolongado en el tiempo luego del fuego.
Por otro lado, mientras la destrucción de los hábitats de los animales afecta fuertemente a las especies con menor movilidad, otras escapan del incendio refugiándose en otros sitios. A su vez, generan una presión sobre el nuevo ambiente en el que se refugian y provocan desequilibrios en el ecosistema. Asimismo, la competencia entre especies es mayor, escasean fuentes de agua y especies para la alimentación, afectando consecuentemente las redes tróficas del sistema.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible advirtió que el 95 por ciento de los incendios son por causas antrópicas, es decir negligencia, como fogones mal apagados, o fuegos intencionales para deforestar. En tanto, entre las causas naturales, la más común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas.