Del Potro tuvo en Mendoza dos jornadas de intenso trabajo en una clara demostración de que lo suyo no apuntaba sólo a poner su nombre en una etiqueta sino que quiso conocer 'in situ' algunos de los pasos de la producción, visitando a proveedores de insumos secos, capacitándose y definiendo cuáles serán los productos que se utilizarán en sus vinos, para luego en la Bodega Puerta de los Andes definir el corte del mismo.