Oscar Jegou y Hugo Auradou son los dos jugadores de la selección francesa de rugby que se encuentran imputados por abuso sexual agravado con acceso carnal.
La denuncia fue realizada por una mujer que acusó a los dos integrantes de Les Blues de ser víctima de la vejación y golpes en distintas partes de su cuerpo. El hecho tuvo lugar cuando el combinado galo y los Pumas se enfrentaron en un amistoso en Mendoza.
Según la cronología de los hechos, los responsables de este acto, concurrieron a un boliche y conocieron a una mujer. Al cabo de unas horas salieron del local bailable y se dirijeron al hotel donde se alojaba la delegación francesa. En una habitación del alojamiento, habrían ocurrido los actos denunciados.
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Luego del juego ante los argentinos, Les Blues viajaron a Buenos Aires. Tras conocerse la denuncia, los dos jugadores implicados en la causa fueron notificados y detenidos, el lunes por la noche. La llegada a Mendoza podría darse entre las últimas horas de este miércoles y las primeras del jueves.
Los jugadores franceses anticiparon que si bien aseguraron que hubo sexo con la presunta víctima, las relaciones fueron consentidas y que no hubo golpes declaron ambos en un medio francés.
Según la querella que representará a la mujer que denunció el domingo por la tarde en una comisaría local, el hecho fue "salvaje", hay lesiones y "mucha prueba genética". Daniela Chaler, la fiscal jefa de Delitos contra la Integridad Sexual, precisó que la declaración de la joven fue constatada por los primeros resultados de los exámenes del Cuerpo Médico Forense.
La Justicia actuó con máxima celeridad luego de la denuncia ya que este martes la delegación francesa viajó a Uruguay para jugar el segundo test match de la gira por Sudamérica, ante el seleccionado local. Esa rápida salida del país elevaba el riesgo de fuga y hasta se solicitó una orden de captura nacional.
Los rugbiers franceses quedarán detenidos al menos hasta la audiencia de prisión preventiva. Por el delito que se les imputará, el cual habría ocurrido entre las 5 de la mañana y minutos antes de las 9 del domingo 7 de julio, arriesgan una pena de 8 a 20 años de prisión efectiva en caso de ser encontrados culpables.
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